El diario plural del Zulia

Juventud venezolana: Vida y gloria, por César Ramos Parra

Nuestra juventud es la gran protagonista en estos momentos de conflicto donde se está dirimiendo el futuro de nuestra patria. Mientras los esbirros del régimen tratan de doblegar su espíritu indomable y libertario, sin lograrlo, cada día más y más jóvenes se incorporan decididos, a rescatar para sí la patria que les pertenece, su derecho a construir en esta y no en otra tierra su familia y su futuro y a rescatar de manos de la perversidad esta tierra noble y generosa, sumergida hoy en la calamidad y la desgracia, por un pequeño grupo de inescrupulosos, inmersos en la lujuria del poder y todos los vicios de la corrupción administrativa y moral, quienes pretenden imponernos su hegemonía.

¿Hasta dónde llegará esto? Ciertamente, nadie lo sabe. Pero hay una decisión firme tomada por nuestra juventud que le da carácter de irreversibilidad a su decisión. El régimen, sin ningún tipo de pudor, arrecia su ofensiva asesina en contra de un pueblo desarmado e indefenso, utilizando todo tipo de armas y recursos, lo cual no hace sino incrementar nuestra fortaleza espiritual y nuestra decisión de vencer. La conducta férrea, tenaz de nuestra juventud es expresiva de su voluntad inquebrantable de derrotar al tirano y sus secuaces y echar del poder a un estamento podrido y corrompido que cada día despierta el rechazo de propios y extraños, ante sus ilimitados desafueros.

La radicalización de los métodos e instrumentos utilizados por este régimen para amedrentar, reprimir y desalentar al pueblo, son expresivos de su desesperación y acorralamiento al observar que son 70 días ininterrumpidos de protestas que se incrementarán y masificarán cada día en todos los rincones del país. Las fuerza mercenarias del régimen, puesto que sus procedimientos no son de soldados, delatan la bajeza espiritual de quienes masacran y asesinan nuestra juventud, ante lo cual no podemos retroceder ni claudicar, so pena de ser convertidos en un país de esclavos. ¡Estamos ya en un vuelo sin retorno y nuestra única opción es triunfar!

La Venezuela que queremos es la de la grandeza, cuya luz de esperanza la representa hoy nuestro equipo juvenil de fútbol en el mundial Sub-20 en Corea del Sur. Es la Venezuela con universidades y centros de enseñanza de calidad e innovación, de la cultura, el deporte, el progreso, el trabajo creativo para crear riqueza. Esa es la Venezuela de la vida y la gloria, la cual resurgirá con fuerza muy pronto para nuestra juventud que hoy lucha en la calle, una vez derrotada, con la ayuda del Señor, esta triste experiencia por la cual hemos tenido que atravesar.

Quienes nos hemos dedicado a trasmitir conocimiento a nuestros jóvenes y compartir con ellos las vivencias de sus esperanzas para adquirir conocimientos y destrezas que le permitan prepararse para la vida, no deja de ser difícil exhortarles hoy a la lucha indeclinable para defender su futuro, al saber que el enemigo a derrotar carece de valores y principios.

Honor y gloria para nuestros jóvenes mártires que han sucumbido ante las balas asesinas de este degenerado régimen. La reivindicación a su sangre derramada por un destino mejor para todos, no puede, bajo ninguna circunstancia, ser la claudicación. No podemos dejar que la tristeza nos deprima y mine nuestra capacidad para persistir, al ver que pasan los días sin lograr nuestro sueño. Al contrario, debemos perseverar en nuestra justa lucha, profundizar nuestra presencia masiva y pacífica en la calle para avanzar con paso firme hasta hacer aparecer el arco iris de la libertad. Enjuguemos las lágrimas que nos produce la tristeza de su injustificada ausencia y sigamos avanzando con ¡Unidad, firmeza y Fe!

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