El diario plural del Zulia

Juventud es ejemplo de dignidad e hidalguía, por Hugo Cabezas

Con cuántas loas pretendieron, y siguen pretendiendo, engalanarla. La más común y sonora fue la de afirmar: La juventud es el futuro de Venezuela. Con ella construyeron discursos, organizaron estas llenas de oropel. Con ella quisieron despojar a la juventud venezolana de su irreverencia, de su carácter contestatario, de su rebeldía. Pero no pudieron. Por más que la persiguieran, abarrotaran las cárceles con ella, la torturaron, la desaparecieron. No pudieron. No pudieron y no podrán silenciarla, ni doblegarla.

No entendieron, y no entienden, que por sus venas corre sangre de venezolanos indómitos: Jaruma, Pitijocy Murachi, enfrentaron al blanco invasor; Barbarita de la Torre, Dolores Dionisia Santos Moreno, José Félix Ribas, forjaron la Independencia; a Eutimio Rivas y Libia Gouverneur, les arrebataron su vida cuando apenas comenzaban a vivir; Noel Rodríguez, Luis Hernández y Tulio Ramón Arévalo Vera, sus cuerpos aparecieron después de muchos años. Tantos: decenas, centenas, miles de presos, torturados y desaparecidos.

Tanto, tanto llanto de madres, esposas, hijos y hermanos que vieron a los suyos con sus cuerpos ensangrentados, moretones por todos lados, huesos fracturados. Pero no pudieron doblegarlos. No pudieron y no podrán. Y no podrán porque Venezuela es un país joven. Y nuestra juventud está llena de hidalguía, la dignidad es su principio ético más preciado.

La dirigencia cuarto republicana al ver que no pudo doblegarla por la vía represiva, optó por la compra de conciencias. Algunos cedieron. La lujuria, la riqueza fácil sin esfuerzo y sin trabajo, los banquetes, los viajes, la comodidad y hasta la prostitución, generaron una banda de conversos.

Se hicieron asesores, analistas, contratistas, ejecutivos de una nueva estirpe, yuppies o postmodernos pedían se les llamara. Algunos, los menos, llegaron a ser hasta ministros. Ahora ya están viejos, no solo en edad, sino con un pensamiento caduco. Ahora son las viudas y viudos del punto jistas neoliberal, compiten con Ramos Allup, Henrique Capriles y hasta con Leopoldo López por quien es más de derecha. Cosas de la vida Sancho.

Pero, como dice la canción de Carlos Puebla: “llegó el Comandante y mandó a parar”. Llegó Hugo Chávez y mandó a parar. Las cosas cambiaron. Ya no hay presos políticos, no hay torturados, mucho menos desaparecidos. Él oposicionismo venezolano, a pesar de sus golpes de Estado, sus ofensas e irrespeto, su violación a la Constitución, su paro empresarial, su paro petrolero, sus guarimbas, no tiene un solo mártir. Y no lo va a tener. Porque como jóvenes que somos, estamos convencidos que, la nueva Venezuela, debemos construirla en paz. Cuanta diferencia: de una dirigencia caduca, esclerotizada, de la cuarta república; ahora, la dirigencia y el liderazgo que construye la Venezuela socialista es fresca, es joven. Ese es nuestro compromiso, por eso hacemos de la hidalguía y la dignidad dos principios que son uno solo. Solo así podemos decir que: somos el futuro de la Patria de Bolívar y Chávez. Viva la Juventud, divino tesoro.

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