El diario plural del Zulia

Gloria al Bravo Pueblo, por Hugo Cabezas

El Pueblo Venezolano alecciona al mundo entero. Guiado por el tino certero y hábil del Presidente Constitucional Nicolas Maduro, ha salido en estruendosa y festiva multitud a decirle: Si a la Democracia, Si a La Paz, Si a la Asamblea Nacional Constituyente. Mecanismo democrático ideado por el más grande demócrata que haya parido esta tierra de libertadores, Hugo Chávez. Recordemos que está hipócrita oposicionista derecha, se opuso en 1999, al nacimiento de nuestra novísima y extraordinariamente democrática Constitución, ergo se opuso a la figura de la Asamblea Nacional Constituyente. Es decir, está derecha cínica siempre se ha opuesto a que el pueblo humilde ejerza el poder originario. He allí su sistemático fracasó. Han sido 19 años de feroz ataque mundial contra Hugo Chávez, contra Nicolas Maduro, contra El Pueblo Venezolano, en suma contra la Revolución Bolivariana. No obstante, lo que no acaban de entender, los sesudos analistas de la mercenaria derecha internacional y criolla, es que llevamos en nuestras venas sangre de patriotas; que Nuestros Padres Bolívar y Chávez no araron en el mar. Nosotros no arrugamos con guarimbas, no nos acobardan los fascistas, las anacrónicas “sanciones financieras”, las amenazas del frenético que hoy administra la Casa Blanca, mucho menos los macabros laboratorios de guerra de la CIA. No nos amilanan los y las traidoras. No nos intimidan los grandes medios de comunicación burgueses, mucho menos nos asusta el grito furibundo y esquizofrénico del sifrinage anti venezolano, que en medio de su locura se autosecuestra en sus urbanizaciones y queman vivos a seres humanos en forma ruin, cobarde y sádica. Contra toda está barbarie postmoderna, nuevamente se erigió, el Glorioso Pueblo Bolivariano. En forma entusiasta y democrática le ha dado una soberana bofetada a nuestros enemigos, y también les deja claro, que si la batalla la plantean al margen de las urnas electorales, suficiente coraje hay aquí, para repeler cualquier invasión imperial. Finalmente nos toca ser consecuentes con nuestro pueblo. Está lealtad a prueba de balas y de guerra económica, debe ser correspondida con nuestra auto revisión a fondo. Tomar conciencia de nuestros errores y asumirlos. Y sin quedarnos en el mero análisis adentrarnos a extirpar los males que aquejan a nuestro pueblo,en la satisfacción de sus necesidades más sentidas, de una vez por todas.

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