El diario plural del Zulia

Gervis Medina: La vida es un espejo

En estos días de Pascua, momento para reflexión, redención y planificación de cara al 2017, me he reencontrado con mensajes motivadores, para mantener la fe, optimismo y trabajo, en esta crisis antropológica continuada que estamos viviendo como prueba fundamental en la obra de ¡Dios! nuestro señor.

Siempre arengo lo siguiente: mientras exista oxígeno en los pulmones, habrá vida, mientras exista vida, habrá oportunidad, los muertos no tienen oportunidad, los vivos sí, entonces luchemos por la libertad que es nuestro bien más preciado.

Trayendo a colación la gran obra de Gandhi, puedo decir que los factores que están destruyendo al mundo y en especial a nuestra amada Venezuela son, la Política sin principios, el Placer sin compromiso, la Riqueza sin trabajo, la Sabiduría sin carácter, los Negocios sin moral, la Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad.

Recordando las palabras que fueron pronunciadas por mi querido y respetado Sebastián “Esta gente no sabe hacer sino bochinche”. Ese bochinche, en el cual está convertida la oficialidad gubernamental y la oposición retrograda, es el mismo al cual se refiere Miranda en aquella célebre frase y, al hacer dicha exclamación, el precursor definió (quizá sin saberlo) una realidad que ha acompañado a la sociedad venezolana desde aquel entonces, o quizá mucho antes, hasta nuestros días.

Los pueblos no muy acostumbrados a la organización, están destinados al eterno fracaso por cuanto no asimilarán el espíritu de orden, disciplina y responsabilidad, necesario en toda agrupación de individuos reunida bajo una serie de fines comunes, y Venezuela no es la excepción a la regla.

Por ello, el gran problema de Venezuela son sus propios habitantes. Vivimos una situación de caos y anarquía como en los primeros años de la guerra de emancipación suramericana, aunque logramos la independencia política, vivimos en una combinación de terror a la autoridad y desprecio a las leyes, aunada a la herencia del absolutismo monárquico transformada en militarismo y personalismo, que pasando por el sendero del caudillismo, nos estacionamos en el desmoronamiento como una sociedad de pendejos.

Ahora, cuando parecía que habíamos superado todo aquello, llega el fantasma del militarismo, revestido de principios sin asidero y empleando préstamos ideológicos de doctrinas fracasadas y perjudiciales para el progreso. Un fantasma llamado socialismo del siglo XXI que quiere, no sólo desangrar una nación que otros no desangraron por completo, sino también crear conciencia de caos, de desorden y anarquía para finalmente instalar su reinado representado en la hegemonía de un grupo de autoritarismo militarista retrógrado.

Por ello, la histórica frase de mi hermano y admirado Sebastián, el Generalísimo Miranda nos debe llamar, no sólo a la reflexión, sino a un genuino despertar de conciencia y espíritu nacional. Nuestra situación antecede a un futuro período de anarquía que el actual régimen allana para su beneficio (nada como reinar sobre el caos). Es tiempo de ser proactivos y defender mediante la palabra, el pensamiento y la acción de nuestra democracia y libertad, pero si no reaccionamos y, una vez pasado este doloroso capítulo de nuestra existencia como país, no asumimos el ideal de orden y progreso en libertad, estaremos a riesgo de que lo que hoy ocurre se repita en un futuro y no con la izquierda arcaica, sino con la derecha retrógrada.

La vida me ha enseñado que es un espejo, por lo que termino entendiendo que todo lo que hago, es el reflejo propio, la actitud que tomemos frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante nosotros. El que quiere ser amado, entonces que antes Ame; las personas se enojan porque está enojada; el mundo es feliz, cuando yo soy feliz; todo esta malo, cuando no aporto la solución al problema.

Estar vivo, no es lo mismo que “Vivir”; la vida no son los años, la vida son los momentos que la forman, día a día y tú la mereces. Vívela de mejor manera y cada día haz algo que la mejore, sólo uno crea la imagen y puedes hacer que lo que ves en el espejo mejore a voluntad con acciones. Nunca mejorará sin que tú hagas que suceda.

Entonces ¿tienes metas? “Cúmplelas; ¿Te gusta algo? ¡Cuídalo! ¿No te gusta algo? ¡Deséchalo! ¿Extrañas a alguien? ¡Llama! Para el venidero año, vienen cosas tristes, amargas, acompañadas de sangre y destrucción; pero eso puede cambiar, si realmente cambiamos la actitud de hacer las cosas, seamos responsables de nuestros actos y de nuestras selección de líderes, llenemos de energía el país que es lo que realmente necesita, y recuerda que cada que te veas al espejo allí estará vuestro rostro, tu eliges cual rostro ver allí ya que es la vida propia. Recordemos además en esta Natividad de Jesús el de Nazaret, vayamos con fe y volvamos con alegría.

 

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