El diario plural del Zulia

Frontera zuliana ¿aperturada? por Rubia Luzardo

La complejidad de las fronteras es un hecho que se repite en todas las naciones del mundo, su nivel de conflictividad afecta en mayor medida a los más vulnerables como las mujeres, los niños y ancianos. En Venezuela no hay diferencia en ello, la desidia en estas zonas ha sido sistemática evidenciada por una parte, en la falta de políticas públicas de desarrollo en integración fronteriza, y por otra, en acciones desacertadas para la comunidad nacional e internacional.

En la región zuliana estamos cerca de cumplir un año del cierre fronterizo con Colombia, una medida que consideramos inútil por cuanto su propósito fundamental era eliminar las actividades del contrabando, y es lo que menos se ha alcanzado. Contrariamente ahora observamos un “contrabando legalizado”, puesto que son centenares de vehículos que pasan a diario cargados de insumos de todo tipo, tales como: alimentos, medicinas para el Estado Zulia.

Ante esta nueva realidad nos interpelamos con esta interrogante: ¿Está aperturada la frontera? La razón nos dice que no porque todavía el control de la misma reposa en las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas (FANB). Además el propio Gobierno nacional y regional ha declarado la ratificación de la medida. No obstante, el descontento social sigue creciendo con esta política gubernamental que no beneficia a la mayoría, sino contrariamente afecta a los más vulnerables que sufren los atropellos por parte de los efectivos militares a cargo del control en la zona.

No es que no apoyemos el cese del contrabando, no, contrariamente, lo que pedimos es sinceridad en la medida de cierre, porque nos seguimos preguntando: ¿A quiénes beneficia más este cierre de frontera? Ya que en el común denominador del ciudadano se piensa que hay un sector muy específico que se está lucrando de esta situación y aún más cuando el propio Gobierno decide quién pasa la frontera y quién no para comprar comida en Colombia a través de la gura del “salvoconducto”.

Entonces, aperturada no está la frontera, pero tampoco está cerrada, salvo la exibilización del paso a los nativos wayuu de la zona, que a fin de cuenta lo que implica son procesos de discriminación racial entre quienes son los que tienen derecho al libre tránsito o no, cuando la realidad es que todos los venezolanos debieran gozar de sus derechos fundamentales a transitar entre un país y otro. Respetadas autoridades, hagamos una lectura real de los tiempos que estamos viviendo y otorguemos a los ciudadanos lo que por derecho les corresponde.

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