El diario plural del Zulia

¿Feliz Año Nuevo?, por Jorge Sánchez Meleán

Nos resulta muy difícil creer que el año que se aproxima será un año feliz. Venezuela, lamentablemente, termina un año en medio de un callejón sin salida. Sin disposición al cambio político, económico y social, como parece ser por parte del régimen, el nuevo año será de mayores penurias que el que estamos dejando atrás. Mientras el régimen piense que su “revolución” es perfecta, porque está cimentada en la “verdad” indiscutible de Marx y Fidel, y piense que al poder hay que mantenerlo como un fin en sí mismo, más allá de cualquier Constitución “burguesa”, la suerte de los venezolanos es incierta.

Hoy en Venezuela no existe democracia sino un régimen al que los especialistas catalogan de “híbrido”, en trance de convertirse en “autoritario”. Y ello es así, pues ya no puede lograr la “legitimación electoral”. Por ello, mecanismos como el “diálogo” con mediadores fiables como la Iglesia, no le convienen en absoluto. Su única salida es desconocer al estado de derecho y a la autonomía y separación de poderes a través de instituciones tan serviles como el TSJ. En consecuencia, el año venidero en lo político es una verdadera incógnita. Y siendo eso así, en lo económico-social solo nos espera un panorama aún más desolador que el actual. El régimen cree ciegamente en el mito del socialismo del siglo XXI, que desconoce al mercado y a los derechos económicos de la Constitución, en aras de un estatismo trasnochado de “controles” que solo generan ineficiencia, corrupción y pobreza. Por ello en 2017, la economía seguirá decreciendo. La hiperinflación hará más inhumana la vida de todos. La tasa de desempleo superará el 20 por ciento. La escasez será asombrosa, mientras los índices de pobreza llegarán a niveles nunca experimentados. Los precios del petróleo no aumentarán lo su ciente, mientras la producción y las exportaciones seguirán bajando.

El aparato productivo no llegará a utilizar ni el 40 por ciento de la capacidad instalada y muchas empresas cerrarán sus puertas. Así, mientras países como Perú, Bolivia, Paraguay, México, Chile, Colombia y aún Argentina crecerán en 2017, Venezuela se seguirá quedando atrás, con su modelo socialista-marxista-castrista a cuestas, fracasado en todas sus experiencias históricas. Por ello, es difícil creer que 2017 será un año feliz para los venezolanos, a menos que el sentido común y el patriotismo se impongan y podamos poner en marcha los cambios, que nos permitan entrar con pie firme en el siglo XXI, al que todavía no hemos llegado, lamentablemente. Solo deseo, que Dios nuestro señor, se apiade de nosotros el año venidero y especialmente de quienes más lo necesiten. Reciban el más cordial de los abrazos.

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