El diario plural del Zulia

Fantasía, por Dr. Humberto Rivera O

Como han salido varios artículos seguidos en la prensa un colega me dijo “que me había vuelto un perico” pero es que en realidad los acontecimientos mundiales y nacionales me han producido un cúmulo de ideas que congestionan mi cerebro y siento la necesidad de transmitirlas.

Mi nieta más pequeña que es lindísima, Constanza, cumplió hace poco un año pero como no sabe hablar balbucea y me quiere decir tantas cosas que cuando llego se “vuelve loca, una periquita” emitiendo lenguaradas interpreto que me quiere decir tantas cosas pero no encuentra palabras. Como yo sí las encuentro, las digo. Ahora mismo estoy soñando con un Estado transformado en una Suiza, o en un Detroit por la cantidad de fábricas que se van abrir en la Costa Oriental del Lago donde no importa lo caro de los artículos porque tendremos cómo comprarlos.

Los venezolanos ricos traerán su dinero extraditado para engrandecer la patria y los pobres ayudarán hasta quedar exhaustos. Los partidos políticos entrarán en una relación tan fraternal que sucedería lo del cuento, cuando uno gane en gallardía le dirá cordialmente al partido de oposición “gobierna tú primero”.

Los gremios profesionales serán dirigidos por los más idóneos, por la abjuración de los partidos políticos a sus intromisiones.

El seguro Social e Hidrolago, serán unas verdaderas instituciones del Estado. La planicie de Maracaibo producirá frutos y vegetales a reventar como quiere el Comandante Francisco Arias Cárdenas, y prolíferos rebaños pastorearán los verdes campos del Zulia y habrá carne y leche tan abundante que saturarán los mercados internos y quedará para exportación la obtención de divisas que serán reinvertidas para engrandecer estas empresas. Haremos cualquier sacrificio para comprar un carrito y pasearlo en el lomo de las calles y carreteras lisas del Estado Zulia. Un transporte rápido nos llevará raudos a cualquier distancia pudiendo emplear el tiempo economizado en otra actividad, sobre todo en la meditación. No se volverá a hablar de que en Francia la gasolina cuesta diez veces más para evitarnos la misma indignación que le produce a los franceses que un litro de champaña cueste veinte mil bolívares en Maracaibo. El queso de malta como ley hace poco es barato en Malta. El Lago de Maracaibo volverá ser limpio y cristalino en donde las embarcaciones tendrán que limpiarse el casco antes de navegar sobre su superficie. Habrá agua pura para el deleite de los Zulianos. Los ranchos serán sustituidos por edificios, donde sus residentes cambien sus primitivas viviendas por otras más cómodas y confortables. Los jóvenes encontrarán trabajo tan pronto cumplan sus 18 años.

El Servicio de cirugía y cirugía cardiovascular resucitará en el Hospital Universitario y volverá hacer como cuando yo lo dirigía, se constituirá en el modelo nacional de atención médica, recuperando la grandeza que ya un día tuvo, no habrá colas de pacientes esperando cirugías, y los niños cardiópatas recuperarán su salud como fue en la primera gobernación que ejerció el comandante Francisco Arias Cárdenas, todos los niños que tengan remedio serán operados y restituidos en su salud.

Todas y muchas más fantasías se transformarán en realidades si de verdad nos los proponemos y hacemos esfuerzo para lograrlo.

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