El diario plural del Zulia

Este es un gobierno o una venganza, por Énder Arenas Barrio

Nacido bajo las circunstancias que todos sabemos, un mal día le llegó el turno a Nicolás Maduro. Pudo ser otro, de eso no tengo duda, pero en medio de la agonía, seguramente, escucho un susurro, con acento más caribeño que el nuestro, diciéndole: nómbralo, anda nómbralo que ese es nuestro hombre en Caracas… Y apuntándose con la palma de la mano en el corazón, que pronto dejaría de latir, le dijo al país: de corazón les digo que Maduro es el indicado.

A esta hora, igual que muchos maracuchos irritados, estoy parado en el semáforo apagado, por los efectos del racionamiento eléctrico, de Delicias con Circunvalación, sudando como un plátano sancochado y cada vez que recuerdo ese momento, ese delicado momento en el que Chávez procura resolver su testamento político, en lugar de sentirme, conmovido por su agonía y que en lugar de decir: si se logra superar esta división y este odio que yo en mala hora fomenté, entonces yo bajaré tranquilo al sepulcro, nos dijo que Maduro era el indicado, a mí me recorre por todo el cuerpo un verdadero sopor de arre…, porque peor no pudo elegir y es que de todos los errores cometidos en su largo gobierno este fue el peor.

Así que su gobierno comenzó con un desvarío psicótico, en efecto, él se encontraba solo, en algún lugar del que ya ni lo recuerdo. Entonces, de la nada, apareció y se le acercó un pajarito y coooño, él lo supo enseguida: era Él, sí señor, con mayúscula, pues de ninguna manera se puede nombrar al supremo eterno, era Él, su padre, el padre de todos (de todos ellos), quien le cantaba y silbaba, dándole la bendición y él le respondió de la misma manera.

Les juro que una vez escuchado este cuento me dije para mis adentro: nos jodimos, nos va a gobernar una locura.

Y así parece que ha sido. Sin embargo... el caso es que nadie ha elaborado un plan tan e ciente, estructuralmente también concebido, tan herméticamente racional sin fisuras ni contradicciones para destruir el país como el ejecutado magistralmente por Maduro y su gente que es la misma, más o menos, con pocas excepciones que acompañó al supremo eterno. Sí, yo creo que Maduro y el chavismo se están vengando del país y que su pregonado amor por el pueblo, no es otra cosa que un odio enfermizo encubado (dije en-cuba-do) por aquellos que una vez invadieron el país y el ejército de entonces le infligió una derrota vergonzante.

Y no puede ser otra cosa, pues eso de que la otrora tercera compañía petrolera a nivel mundial hoy sea un bagazo petrolero, que la mayor represa de Latinoamérica sea hoy un desierto, que la primera compañía de electricidad del continente sea un verdadero estropicio de cables venidos a tierra, que la antigua zona del hierro y aluminio estén quebradas, que el campo que antes abastecía el 80 % del mercado interno no produzca ni tres kilos de lechugas, etc, etc. En fin que el país se parezca increíblemente a Macondo, que de seguir sin agua nos deslumbraremos el día que consigamos hacer hielo, no puede ser otra cosa que obra de unos tipos que sienten odio o coño son demasiado malos para gobernar. En todo caso, si es por venganza o es por malos e ineficientes gobernantes, nos hace preguntarnos a los venezolanos: coño hasta cuando resistiremos, hasta dónde resistiremos?.

Es verdad, todo tiene que ver con el modelo, pero sobre todo en esta jodida hora de incertidumbre y de desasosiego tiene que ver, especialmente, con Maduro. Y caramba, como él no sabe qué carajo va hacer con el país, nos toca a nosotros preguntarnos qué vaina vamos hacer nosotros con Maduro.

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