El diario plural del Zulia

"Es el hambre, estúpidos", por Vladimir Villegas

¿Esta vez sí es en serio? ¿Ahora sí vamos en la ruta correcta para lograr que gobierno y oposición se sienten a dialogar, negociar, pactar, acordar, resolver y actuar para darle una luz de esperanza a Venezuela? ¿O por el contrario debemos hacer cotufas para ver una película repetida que ya nos tiene fastidiados, como quien hace zaping y encuentra puro refrito?

No tengo dudas de que ese el camino que nunca ha debido abandonarse ni utilizarse con fines subalternos y hasta perversos. Sin complejos lo repito, no hay otra posibilidad para Venezuela sino el camino de una negociación, que ha de nacer de un proceso de diálogo.

Lo otro es la insistencia en fórmulas que ya hemos visto fracasar estrepitosamente, tanto por parte del gobierno como de la oposición.

Estamos en una situación desesperada. Los venezolanos nos empobrecemos paulatinamente. No importa el salario que devenguemos en moneda nacional. Lo de la gente hurgando en la basura y comiendo sobras no es cuento de camino ni maniobra para mal poner al gobierno.

Si bien es importante que se logran condiciones electorales aceptables y mínimamente dignas, la prioridad es el hambre. Es la necesidad de alimentos y medicinas. También la grave escasez de medicamentos. El derecho a la salud está hecho añicos. ¿ Eso lo entienden de verdad quienes tienen o tendrán una silla en esa mesa de diálogo, en ese nuevo intento de soluciones nacidas del consenso ? Si no lo internalizan es alto el riesgo de que una vez más el fracaso se haga presente.

Tenemos una moneda boqueando, una población pobre cada vez más pobre, sectores clase media buscando militancia forzosa en la pobreza y un dramático cuadro social de gente en la calle pidiendo ayuda para sobrevivir, para medio comer. ¿No son estos suficientes motivos como para que de una buena vez dejen jugar con cartas marcadas tratando de sacar tajadas y ventajas cuando es la hora del desprendimiento de dejar los cálculos afuera, de reconocer la descomunal magnitud de la crisis que nos azota?

Si bien hay mucha resistencia en importantes sectores que no comulgan con el diálogo y lo asocian con la traición y la rendición, en el fondo de los corazones de millones de venezolanos se anida la secreta esperanza de que se lleguen a acuerdos de una buena vez, para que podamos siquiera tener la esperanza de ir en el correcto camino de las rectificaciones y de las decisiones que permitan retomar la senda del crecimiento económico y de la generación de empleos productivos.

Lo político es muy importante, Es fundamental que se retomen las reglas del juego democrático. Pero lo urgente es el hambre y el peligro que significa que se vuelva incontrolable. ¿Lo tienen claro los factores participantes de este intento de diálogo? Si no es así, estamos fritos. La ayuda humanitaria, o como se le llame para no herir susceptibilidades, también es urgente. La política se toma tiempos y pausas que la gente de a pie no puede darse. Hay gente que se murió esperando una medicina que no llegó porque criterios de índole político se interpusieron. ¿Es imposible ponerse de acuerdo para atender las necesidades de millones de venezolanos empobrecidos y sometidos carencias cada vez más asfixiantes? Si eso no es posible, ¿ entonces por qué creer que sí habrá luz verde para limar diferencias en el orden político y encontrar una fórmula destinada a lograr un nuevo Consejo Nacional Electoral y condiciones de equidad en las presidenciales?

"Es el hambre, estúpidos", grita la calle. ¿ Se escuchará ese eco en República Dominicana, escenario de ese nuevo intento de diálogo?

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