El diario plural del Zulia

Entre el miedo y la esperanza, por Jesús Salom Crespo

La centenaria institución universitaria del Zulia (LUZ) vive los momentos más aciagos de toda su historia. Ya no es solo el apremiante problema presupuestario-financiero, es una crisis de dimensiones históricas porque es sistémica y pudiera llevarla a experimentar el doloroso espectáculo de ser “la playa de pescadores” con que amenazó el presidente Guzmán Blanco a la rebelde Maracaibo.

En vista de la tensa situación, una vez más la Universidad del Zulia levanta su voz contestataria y mediante un comunicado denuncia ante el país y el mundo, el tratamiento hostil y la indiferencia con que es atendida su problemática por el gobierno nacional, mediante su ineficiente agente el Ministerio de Educación Universitaria, que muy poco hace para solucionar las demandas que se le plantean y solo a él compete porque son de carácter estructural. Resulta incomprensible que en un país que reafirma su soberanía y está necesitado del desarrollo de la ciencia, la tecnología y el humanismo; de la producción y la productividad, se mantenga a la universidad casi en un estado de mendicidad. En el portal www.luz.edu.ve se puede leer el comunicado aprobado por unanimidad en el Consejo Universitario el pasado 24 de enero de 2018.

No obstante, hay un problema tanto o más grave que los conocidos por su recurrencia porque atenta contra la identidad y los fines de la universidad. El alarmante y vertiginoso avance de la desesperanza y la desconfianza en la institución que hace mella en el ánimo de la colectividad universitaria, pues muchos universitarios piensan que ya nada más puede hacerse para salvar a LUZ de la debacle inminente y prefieren insertarse en la corriente migratoria tras mejores oportunidades laborales y condiciones de vida, dejando desolados los espacios académicos y administrativos.

LUZ nunca antes padeció este fenómeno, común al resto de las superiores casas de estudios, y su abordaje requiere de una línea estratégica de acción nacional. De participación conjunta de la universidad, la sociedad civil, el Estado y el apoyo de instancias internacionales para atenderlo desde una perspectiva integral e integradora.

Mientras tanto, mantenemos la lucha pacífica y constitucional por una rectificación del modelo político-económico-social-cultural, base para el restablecimiento del estado de derecho y la reinstitucionalización del país; así como por la revisión y actualización integral y periódica de la estructura presupuestaria universitaria. Solo así podremos confiar en un futuro de paz, democracia y libertad. De estabilidad política.

 

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