En los 232 años de la Alma Mater de Los Andes, Judith Aular de Durán
Si hay una institución en Venezuela que se ha mantenido con firmeza y ha superado dificultades es la ilustre y centenaria Universidad de Los Andes (ULA), casa que hoy arriba a sus 232 años de fundada.
Fue en 1785 cuando Fray Juan Ramos de Lora, primer Obispo de la Ciudad de Mérida, creó una institución para los jóvenes con vocación sacerdotal, bajo el nombre de Seminario de San Buenaventura de Mérida.
Sin embargo, no fue hasta 1806, por orden del Rey Carlos IV de España, cuando se autoriza al ya Real Colegio Seminario (desde 1789) otorgar títulos mayores y menores en Filosofía, Teología y Cánones.
El 21 de septiembre de 1810, la Junta Gubernativa de la Provincia de Mérida, le con ere el rango de Real Universidad de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros, con los mismos privilegios de la existente Universidad de Caracas, decreto que posteriormente fue ratificado por Simón Bolívar.
En 1812 aquel terremoto que azotó a las grandes ciudades del lado patriota (Caracas, Mérida, La Guaira, San Felipe) obligó a la universidad a trasladarse a nuestra ciudad de Maracaibo, con el nombre de Real Colegio Seminario de San Fernando, empezando a funcionar desde 1813 hasta 1821, solo como seminario.
Antes de que se fundara nuestra Universidad del Zulia (LUZ) en 1891, los egresados del anterior Colegio Nacional de Maracaibo, debían emigrar a Caracas o a Mérida para continuar o perfeccionar sus estudios.
Cuando se promulga el Código de Instrucción Pública en 1904, se establece que solo existirían dos universidades en el país: la Central en Caracas y la Occidental en Mérida. Desde 1904 hasta 1946, la alma mater zuliana estuvo cerrada, obligando a los estudiantes nuevamente a emigrar a Caracas o a Mérida.
Hoy día, la ULA es sinónimo de referencia académica en el país y más allá de nuestras fronteras. Desde el Vicerrectorado Académico de LUZ, extiendo felicitaciones al rector Mario Bonucci Rossini y a toda la comunidad de la casa de estudios de Los Andes venezolanos por este aniversario, sigan adelante defendiendo el valioso principio de la autonomía universitaria, no decaigan en sus luchas por el bien de la institución y no olviden el hermoso lema que tienen como estandarte: “El principio de la sabiduría está en el temor a Dios”.
