El diario plural del Zulia

En Fe y Alegría decimos presente

El 5 de marzo, Fe y Alegría cumplió 64 años brindando educación de calidad al pueblo más vulnerable, para que ese mismo pueblo pueda labrarse una vida próspera y digna mediante la capacitación, el trabajo y el esfuerzo. Nació en 1955 en lo que hoy es el 23 de Enero en Catia, Caracas, en un rancho que regalaron el obrero Abrahán Reyes y su esposa Patricia para que los niños y jóvenes del barrio tuvieran escuela.

De allí, impulsada por la generosidad de muchos, saltó a Petare, Altavista, La Charneca, a los barrios más pobres. Una vez que se consolidó en Caracas, se sembró por toda Venezuela en los lugares más  olvidados,  sin servicios y sin escuelas. Sus lemas de  “Fe y Alegría comienza donde termina el asfalto”,  “La educación de los pobres no puede ser una pobre educación”, “Un niño sin escuela es problema de todos”, motivaron  a muchas  personas  a enrolarse bajo sus banderas de educación de calidad para los más pobres.

Hoy,  Fe y Alegría está presente en todos los rincones de Venezuela con diversos programas educativos y comunicacionales, y crece pujante en otros 22 países de América Latina, África y Europa.

Muy conscientes de la profunda crisis que estamos viviendo en Venezuela, en Fe y Alegría decimos con coraje y convicción presente, con lo que reafirmamos nuestro compromiso  de seguir trabajando con renovadas energías por una Venezuela productiva, reconciliada y próspera, donde todos podamos vivir con dignidad..

Fieles a nuestra opción de servicio a los más necesitados, trabajamos por reconstruir a Venezuela  sobre las bases de la prosperidad pero también de la equidad, de modo que no olvidemos, sino que  privilegiemos  a los que sufren con mayor rigor  las consecuencias de la crisis.

La prosperidad se logrará combatiendo con vigor  la corrupción y con unas políticas productivas eficientes que posibiliten a las mayorías vivir dignamente de su  trabajo. La equidad va a suponer  sanear y mejorar  políticas sociales que atienden a la población más vulnerable,  que les permitan vida digna y les ayuden a salir de la pobreza. La genuina democracia sólo es posible en el marco de la justicia social, pues el primer requisito de la democracia tiene que ser asegurar la vida y el bienestar a  todos.

Estamos convencidos de que Venezuela tiene un hermoso futuro de prosperidad y de paz,  que debemos construir entre todos y para todos, mediante el esfuerzo, el sacrificio, la honestidad y la productividad. Por ello, como lo hemos hecho en estos 64 años de trabajo y entrega, seguimos  apostando por Venezuela y por los venezolanos y nos comprometemos a seguir trabajando en las raíces del pueblo por una educación de calidad.

Estamos muy conscientes de que Venezuela nos necesita. Necesita de una Fe y Alegría, osada y emprendedora,   capaz  de asumir las dificultades como oportunidades para  mejorar y   servir con mayor calidad al país.  Por ello, si bien respetamos a los que decidieron marcharse porque  les resultaba imposible vivir con dignidad y, pensando en sus hijos o familias, hicieron el sacrificio de enfrentar valerosamente el desarraigo  y la incertidumbre, la decisión de los que optamos por quedarnos  en Venezuela con Fe y Alegría,  se convierte en compromiso  para sacarla del abismo en que se encuentra  y  llenarla de  prosperidad.

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