El diario plural del Zulia

El heroico pueblo de Venezuela, por Manuel Ocando

Nuevamente nuestro heroico pueblo marchó, tras una exitosa jornada, en la que el pueblo venezolano vestido de blanco y con banderas tricolor en mano, exigieron el Referendo Revocatorio. La manifestación del 1º de septiembre significo un gran desafío, logrando su cometido a pesar de las trabas y obstáculos que impuso el régimen para impedir el acceso a Caracas. Más de un millón de venezolanos se movilizaron desde los diferentes puntos dispuestos en la convocatoria denominada la Toma de Caracas. El camino ha sido largo y tempestuoso. Una andanza llena de dificultades y duras pruebas. Pero nada ha sido en vano, pues, mal que bien, hemos avanzado.

Los venezolanos hemos soportado imperturbablemente con vigor heroico la peor de la crisis que ha vivido nuestra nación en las últimas décadas y lo hemos hecho respetando el marco legal vigente, soportando violaciones de la constitución, incluso, padeciendo con civilidad el desacato y el irrespeto de la voluntad expresada con claridad y contundencia por el pueblo en las urnas el 6 de diciembre.

A ningún gobernante le está permitido faltar el respeto a sus conciudadanos y mucho menos amenazarlo si sale a protestar. Ya es bastante con haber arruinado el país, haber destruido su economía, condenar a la gente a una angustia lenta y prolongada por la inseguridad, la falta de alimentos y la carencia de medicamentos y de atención medica.

La gente no espera que una marcha le resuelva el problema, puesto que los venezolanos estamos muy claro en que la solución es electoral y el Gobierno esta negándose a esa postura. Es por esta razón que el pueblo heroico venezolano, que ha sido ejemplar para América Latina y el mundo entero, está haciendo ejercicio de un derecho ciudadano establecido en la Carta Magna, saliendo a las calle a expresar el descontento con la situación actual que se vive en Venezuela. La participación de la población en los asuntos de interés público no es una concesión graciosa gubernamental, por el contrario, es el ejercicio de un derecho ciudadano que los gobernantes deberían estimular y permitir.

La vocación democrática de los venezolanos rebosa las ambiciones dictatoriales que devastan naciones y oprimen millones de seres humanos en diversas latitudes. La fortaleza de los venezolanos en la actitud de la paz militante y el sentimiento de justicia social, abre las vías de los cambios democráticos de libertad. Unidos podemos hacerlo porque el pueblo está en esta lucha por todos los caminos de esta nación que nació con un sentimiento expreso y profundo de libertad.

La Venezuela libre y democrática que tuvimos hasta el último gobierno de Rafael Caldera, fue producto de la herencia que nos legaron nuestros libertadores, y está en nuestras manos la responsabilidad de rescatar la Venezuela que le dejaremos a las siguientes generaciones. Es el momento de confiar en la formidable capacidad que tenemos para salir de este barranco, y volver al camino del desarrollo, de progreso y de la convivencia pací ca. Mantengamos vivo y vigente el pensamiento de libertad de Miranda y de Bolívar.

 

Lea también
Comentarios
Cargando...