El diario plural del Zulia

El fortalecimiento del caos, por Jorge Sánchez Meleán

En Venezuela ha comenzado a funcionar una fraudulenta e ilegítima Asamblea del Poder Constituido, en medio de la peor crisis económica de nuestra historia. La economía venezolana es hoy 35 por ciento menor que lo que era en 2013. El FMI en cifras publicadas en abril de 2017, estima la caída del PIB en 2016 en 18 por ciento. Para el presente año el resultado pudiera ser muy similar. Con una economía cada vez más pequeña, el régimen ha instaurado un desorden fiscal de tal naturaleza, que las presiones inflacionarias
se pierden de vista.

El desorden fiscal está siendo financiado con una emisión monetaria sin precedentes. Entre junio de 2016 y julio de 2017, la liquidez monetaria (M2) se multiplicó por más de cinco, mientras de enero a julio de 2017 aumentó ciento 66 por ciento. Esto ha llevado a Venezuela a tener el nivel más alto de inflación en su historia, siendo hoy su tasa la más alta del mundo. En 2017 pudiéramos pasar de tres a cuatro dígitos.

En consecuencia, cuando el país ha caído en manos de una ilegitima, multitudinaria y hasta ahora poco eficiente Asamblea Dictatorial Constituida, con poderes supraconstitucionales, evidentemente inconstitucionales, estamos viviendo la peor ESTANFLACIÓN vivida por país alguno en la América latina durante los últimos años.

Nuestra recuperación cada vez se nos hace más difícil, por el pobre comportamiento del precio del petróleo y la escasez de divisas que ello conlleva. Las importaciones han caído vertiginosamente y con ello también las posibilidades de crecimiento del PIB.

Así pues, con poca accesibilidad y escasez de divisas, al lado de la incertidumbre política e institucional, más la caída de la demanda nacional, el estancamiento crecerá, conjuntamente con la inflación, conformándose el peor de los escenarios para una economía.

Solo en el sector industrial, el 84 por ciento de las empresas registró caídas en su producción, 80 por ciento en sus ventas, 76 en sus carteras de pedidos y 70 por ciento en sus niveles de empleo. En el último año sus costos de producción aumentaron un promedio de 731 por ciento. Este caos que ha convertido a Venezuela en una economía de pronóstico reservado, es la consecuencia de la aplicación de un modelo obsoleto, desde hace más de una década: el Socialismo del siglo XXI.

El drama económico social de Venezuela es anterior a la instauración de esta Asamblea del Poder Constituido y en consecuencia, de las sanciones económicas internacionales surgidas como rechazo a este fraudulento cuerpo colegiado.

Nuestro caos no es producto de ninguna “guerra económica” ni interna ni externa. Es la consecuencia de la aplicación de un modelo socialista desfasado en la historia, que ha desencadenado la ESTANFLACIÓN más grave de nuestra historia económica, con su carga de escasez, desempleo y caos humanitario en general. ¿Podrá esta Asamblea del Poder Constituido sacarle las castañas del fuego al régimen agotado de Nicolás Maduro? Lo dudamos mucho.

Creemos que al contrario, la crisis se agravará, pues todo parece indicar, que este cuerpo sin nivel intelectual alguno, simplemente fortalecerá la visión del Socialismo del siglo XXI, contenido en el Plan de la Patria. Y con ello, el caos se fortalecerá.

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