El diario plural del Zulia

"El destierro", por Rodrigo José Méndez

¡Que Dios te bendiga!

invocar la gracia de Dios, fue mi despedida.

Venezuela mi Patria querida.

No sabes cuanto te añoro?

Impávido  he acallado mi voz, mi corazón se apaga, solo me queda la agonía.

Agur, sólo una palabra de despedida, el silencio es cruel, saber cuanto sufren por ti, no se si aprendi ha amarte, como lo merecías.

En tu suelo, éramos felices, iguales y como tus hijos nos protegías,

de hambre nadie moría, cada quien traía su arepa bajo el brazo,   pan y trabajo nunca faltó.

Un día llego la oscuridad,   nuestra vida fue dada en prenda a los   milicos quienes arribaron para desgraciarnos, es urgente su partida.

De repente tomaron todo, incendiaron la paz, destruyendo a su paso cuanto existía, más no pudieron avasallar nuestra alma, ella es indomita y queda con su sonrisa dormida, el corazón me dice que pronto volveré levantando al Pueblo;

el no está solo, muchos quedan en el camino  no volveremos a ver, y por eso lloro como nunca,

tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Pretendo flotar en el aire para visitar a los míos, mirar los bellos ojos de los más queridos y sea esa la despedida, abrazar a mis hermanos, y decirles al oído cuanto los quiero, gritarle que allí estoy para luchar de nuevo, por nuestro más hermoso sueño pues el no muere dentro de mí, el vive con la ilusión de un Gran País.

Por eso digo a mis hijos volvemos,

cuando partimos no fue un adiós, fue un hasta luego.

Hoy estamos lejos, más en nuestro corazon, muy adentro sentimos que seguimos aferrados a nuestra Patria para toda la vida, a esa tierra, ese lago, a la Virgen Morena.

Aprendí a amarla y donde dos o más nos encontremos con toda la fuerza gritaremos Viva Venezuela!!!

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