Educación Superior como derecho irrenunciable, por Rubia Luzardo
La educación se asocia de manera permanente al desarrollo de las naciones y sus ciudadanos, y desde la perspectiva de protección de los derechos humanos, la misma comporta no sólo un derecho irrenunciable, sino también un mecanismo necesario en su invocación y práctica. Por ello, muchas veces los que ostentan el poder temen a una sociedad consciente de sus derechos fundamentales.
En nuestro país, la Constitución Nacional establece que toda persona tiene derecho a una educación integral de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, con carácter obligatoria hasta el nivel medio diversificado y gratuita hasta el pregrado universitario. En el caso de la educación superior, se establece de forma contundente su autonomía como principio y jerarquía que permite a su comunidad dedicarse a la búsqueda del conocimiento y los saberes.
De esta manera, la norma constitucional que reconoce la autonomía universitaria es irrenunciable e inviolable, quedando el Estado en el deber de garantizar su respeto y configurar la política educativa atendiendo la calidad, pertinencia y preeminencia de los derechos humanos fundamentales. No obstante, la realidad en el país es que la educación como derecho humano sigue siendo vulnerada en todos los niveles del sistema educativo, y particularmente, en el nivel superior el Estado ha sido incapaz de promover los mecanismos de regulación que mejoren la calidad académica y en la práctica no entienda la necesidad de estimular la figura de la universidad, contrariamente ésta es coadyuvada a funcionar con un presupuesto que no responde a las necesidades reales.
Ante ello, la alternativa es continuar con la lucha por un presupuesto justo y el cumplimiento de lo establecido en la norma nacional e internacional sobre la educación. Hoy la Universidad del Zulia será sede del proyecto Aula Abierta con las I Jornadas de Derechos Humanos en la Educación Superior, en una actividad conjunta con la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas y la Universidad Católica Cecilio Acosta. Extendemos la invitación a toda la comunidad universitaria y zuliana para participar de manera activa en esta iniciativa que busca crear consciencia colectiva de la problemática universitaria en el marco de la protección de los derechos humanos.
Desde la universidad y la academia, no podemos ser otra cosa que agentes de cambio para la construcción social del país, la paz y la justicia, por ello nos negamos a renunciar a lo que por derecho nos corresponde.
