El diario plural del Zulia

#Editorial La zulianidad: efervescencia por la vida

Desde 1824 se la conoce con el nombre de Departamento del Zulia. Su origen es diverso e impreciso y navega entre varias versiones que incluyen un vocablo aborigen y el de una princesa hija del Cacique Ciara. Lo cierto es que la fecha elegida por nuestro pueblo para conmemorar el día regional es el 28 de enero, porque en 1821, el coronel español Francisco Delgado, junto con el presidente, regidores y secretario del Cabildo, ante la realidad política y militar del momento, decidieron declarar a la provincia "República Democrática", otorgando el poder de organizar el gobierno a sus habitantes.

Pero ¿qué es la zulianidad? Pues es más que un mero decreto. Es cometer "la osadía" de amar a los otros con quienes se convive, es compartir la vida con fogosidad, con estruendo, con alegría, con la fuerza impulsada desde las necesidades, ayudándose sin egoísmos, y en la abundancia y la nobleza del dar.

La zulianidad es, además, el juego de segundos sentidos, de la broma del que se conoce hasta en la intimidad, del saludo grosero, de las risas que finalizan en hermandad para siempre.

Además, ser del Zulia es educarse, dominar las ciencias, liderar procesos y crear nuevas invenciones, como lo hicieron Rafael María Baralt (1810-1860), quien fue el primer latinoamericano en ocupar una sillón en la Real Academia de la Lengua española, Udón Pérez (1871-1926) poeta, dramaturgo, estudiante de medicina y ciencias políticas, quien nunca deseó recibir sus títulos, porque prefería ser docto y no vivir de ejercer esas profesiones, ejemplo de humildad muy asentada en los habitantes de la región.

Llevar la zulianidad con orgullo es destacar en la música, como los reconocidos Aléxis Cárdenas, en el violín y Huáscar Barradas, en la flauta traversa. Ser de este occidente lejano es brillar en las pasarelas, como Patricia Velázquez, o en el campo de la medicina, como el virólogo e investigador, José Esparza, actualmente coordinador de la iniciativa conjunta por una vacuna contra el Sida, de la Organización Mundial de la Salud; Roberto Romero Galué, médico e investigador en Perinatología del mundo –salvador de millones de mujeres embarazadas y neonatos– y el también reconocido Bernardo Rodríguez Iturbe, referencia internacional obligada en el campo de la nefrología, líder del primer transplante en Venezuela.

Nuestra tierra es rica en recursos y adelantada en invenciones realizadas por sus hijos, como el bisturí de punta de diamante creado por el doctor Humberto Fernández Morán, o la instalación de la primera planta eléctrica en el país por Jaime Felipe Carrillo en 1888, o en el ámbito financiero la creación, en 1882, de la primera institución bancaria comercial de Venezuela: el Banco de Maracaibo.

El Zulia ha sido históricamente pionero, en diversos campos del conocimiento, hasta en el cine al instalarse el Vitascopio de Edison y proyectarse en el teatro Baralt realizaciones del maestro Manuel Trujillo Durán en una fecha especialmente destacada, el 28 de enero de 1897, aún no reconocida como efeméride nacionalista.

Si fuimos tan productivos en nuestra región, absorbiendo recursos intelectuales y técnicos del mundo durante los siglos XIX y XX, adaptándolos con especial e ciencia en nuestro Estado para luego lanzarlos al universo como productos materiales y humanos, es decir, capacidades intelectuales extraordinarias, ¿por qué no podemos seguir este mismo transitar en estos más de tres lustros del siglo XXI? ¿Es que acaso hemos retrocedido o perdido nuestro potencial?

Pues NO. Hay que insistir. Construir. Avanzar. Apostar por lo nuestro. Hay que estar dados a cambiar paradigmas, resurgir de las cenizas, del abandono, asentarse en el suelo donde se nació para catapultarse y dejar de mirar hacia afuera de las fronteras, como único objeto a conquistar.

Se tienen que fortalecer las ideas que deberán renacer desde las carencias. Se sabe que para eso existen las opciones materiales y de inteligencia con las cuales se cuentan con creces, pero sobre todos las ganas y el talento para reconquistar el liderazgo zuliano. Y es que así es el ZULIANO: Pasión, amor y efervescencia por la vida.

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