El diario plural del Zulia

Días de abril, por Francisco Arias Cárdenas

A la luz del tiempo, los acontecimientos del 11 al 13 de abril del 2002 nos brindan muchas buenas lecciones a los venezolanos y a los ciudadanos de la Patria Grande latinoamericana.

En esos días como ahora, los apátridas y cómplices de los enemigos de la soberanía nacional aplicaron estrategias que ya se habían probado en otros países del continente para derrocar gobiernos progresistas comprometidos con saldar la deuda histórica de justicia, libertad y progreso para las mayorías.

Pero no ocurrió así en Venezuela, ni ha de ocurrir, Dios mediante. Una vez más, como en la insurrección del 4-F, la unión cívico-militar se hizo presente el 13-A para defender el proceso de reivindicación social y política iniciado por la Revolución Bolivariana.

Nos sentimos orgullosos del pueblo venezolano, y más comprometidos con él, ante la demostración de estoicismo, dignidad y lucidez que han dado y siguen ofreciendo hoy, en medio de las dicultades, mujeres y hombres de todas las edades. Hace 14 años, la estrategia se basó con especial saña en la manipulación de la información, y los enemigos de la patria difundieron con el montaje visual de Puente Llaguno, una imagen malsana y absolutamente falsa de Hugo Chávez, quien es un ejemplo de amor, de corazón valiente, inmensamente generoso y compasivo.

Creerla fue un error doloroso; pero la claridad y la verdad se impusieron vertiginosamente, y Chávez regresó en hombros de ese pueblo y de la FANB al puesto de mando que le correspondía; dio entonces una lección de ser cristiano sencillo y auténtico, perdonando a los que perpetraron el atentado contra la democracia y contra su persona.

Lamentablemente, no fue bien correspondido por la mayoría de los beneficiados por su perdón, quienes siguieron conspirando contra el país hasta crear el escenario difícil que hoy vivimos. Por ello, debemos oír la voz de la historia, reivindicar los nobles ideales del 4-F, del 13-A, y unirnos en trabajo, esperanza y creatividad en la solución de los problemas, cimentados en la justicia que es garantía de paz.

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