El diario plural del Zulia

Diálogo: una verdad de perogrullo, por Jesús Salom Crespo

L as primeras manifestaciones del 2017 mostraron dos cosas: la merma en la asistencia de personas y la profundización del divorcio entre los venezolanos que apoyan al Gobierno nacional y los que se le oponen. Como dijo el escritor norteamericano Ambrose Bierce: “No hay nada nuevo bajo el sol, pero cuántas cosas viejas hay que no conocemos” y ese es el quid del asunto. Es vox populi una lucha sorda en la MUD; pero también en el o cialismo y esa realidad empaña cualquier propuesta de diálogo. Ambos bandos tienen que realizar discusiones y negociaciones a su interior para poder avanzar en la concreción de un instrumento fundamental para la paz y la gobernabilidad, el diálogo nacional.

La fracasada Mesa de Diálogo del año pasado, estuvo signada por la contradicción entre las palabras y las acciones. No obstante, de esas reuniones rescato la posibilidad de sentarse a conversar entre actores con posiciones divergentes, sin que ello limitase las críticas a las posiciones de cada uno. Más allá de las propuestas, aspiraciones y esperanzas de cada bloque, deben ser conscientes de que la paz que se busca requiere sacri cios y que posiciones intransigentes producto de rencores y resentimientos o ánimos de venganza en nada contribuyen al logro del propósito definido. Cada uno tiene que ceder en la medida de sus posibilidades, para poder establecer un consenso que destrabe la situación. Tomar conciencia de que la única solución es el diálogo, no hay otra vía; a menos que pensemos que no hay remedio y continuemos la vida paupérrima que llevamos, hasta que Dios quiera.

Si bien pudiera haber intereses subalternos en los mediadores internacionales, hay que aprovechar esa ventana de oportunidad y ello requiere una unidad monolítica en la MUD para actuar con prudencia, sentido común y determinación. Siempre debe recordarse que no existen soluciones fáciles a problemas complejos. Bien lo dijo el legendario Santos Yorme (Pompeyo Márquez): “la enseñanza fundamental (del 23 de enero) fue la unidad nacional que se selló con el Pacto de Nueva York, rmado por Rómulo Betancourt (AD), Jóvito Villalba (URD) y Rafael Caldera (Copei)”.

Respecto al diálogo dijo una verdad de Perogrullo: “No es de ingenuos (el diálogo) cuando lo que está planteado es sacar al Gobierno, cambiar de régimen, cambiar de modelo económico, y entablar la democracia y las libertades. Ese es el centro de la lucha hoy, derrotar a la dictadura”. El concurso de la sociedad en su conjunto, es indispensable. Las universidades, tienen la palabra.

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