Deuda urgente
En su novela “Mene” (1936) Ramón Díaz Sánchez describe como un rasgamiento de la latitud himenal del lago de Maracaibo, la llegada del primer barco español; sin embargo -dice- habría un desgarramiento más doloroso luego, con la entrada del primer tanquero extranjero en las aguas del Coquivacoa.
Profético y profundo fue el escritor venezolano en esas líneas, pues ciertamente, el equilibrio natural del lago más grande de Sudamérica, fue violentamente alterado con el dragado de la barra de Maracaibo, intervención que permitió el paso de las embarcaciones petroleras a través del canal de navegación, de 40 kilómetros de longitud.
A esta alteración se han sumado las descargas de aguas servidas y las prácticas descontroladas en la explotación agropecuaria, con la consiguiente deforestación de las cuencas y contaminación de aguas y suelos con pesticidas y fertilizantes. La deuda ambiental, histórica, es inmensa, con un lago que ha sido fuente de vida, cultura y alimento para los habitantes de toda la cuenca, desde tiempos ancestrales. La penetración del agua salina a través del dragado inhibe el intercambio de las corrientes y la absorción de oxígeno y, por tanto, deja sin vida a una porción del Coquivacoa, equivalente a ocho lagos de Valencia.
En este momento de siembra de nuestra soberanía alimentaria, el Lago de Maracaibo, como fuente de proteína animal sana para la dieta diaria, clama por la restitución de su equilibrio natural. Gracias a las nuevas y más precisas técnicas de investigación y al uso de los modelos matemáticos, hoy sabemos que restituir las profundidades naturales del estrecho es la medida de más impacto para su sanación, acompañada de los sistemas de saneamiento y la recuperación de las subcuencas hídricas.
Es injustificable que, con las herramientas que hoy nos ofrece la ciencia, continuemos en la historia sin saldar esa deuda ambiental con nuestro Lago. Por eso se instituyó el Día Mundial del Medio Ambiente, para recordarnos la obligación de trabajar para preservar la vida sobre y en la madre tierra.
