El diario plural del Zulia

Convocatoria fraudulenta, por Manuel Ocando

Cambiar la Constitución en Venezuela ha sido un mecanismo que ha tenido casi siempre el propósito de legitimar a los jefes caudillos, principalmente podríamos tomar como ejemplo el caso de Juan Vicente Gómez, quien se mantuvo en el poder desde 1908 hasta 1935, cambiando la Constitución en siete oportunidades, durante sus nefastos 27 años de ejercicio del poder. Esto difiere mucho con la etapa de oro de la democracia venezolana del periodo comprendido de 1958 a 1999, momento histórico estelar en el cual gobernaron nueve presidentes bajo una sola Constitución, la de 1961. Mientras la Constitución de EE. UU. solo ha tenido 27 enmiendas desde 1787, la última en 1992, las de varios países en América Latina han sufrido grandes modificaciones o han sido redactadas de nuevo en los últimos años, en la mayoría de los casos ha sido con el propósito de mantener en el poder al presidente de turno o sencillamente ampliar la posibilidad de reelección presidencial. Particularmente pienso que es un despropósito que una persona sea tan indispensable, como para cambiar la Constitución de un país, afectando así las reglas establecidas en una Carta Magna.

Chávez llegó al poder enarbolando la bandera de cambiar la Constitución de 1961 e inmediatamente lo hizo realidad. Convocando a una Asamblea Nacional Constituyente por medio de dos referendos y la elección universal, directa y secreta de los miembros de esta asamblea, propinándole “el tiro de gracia” aquella Constitución llamada por el mismo “moribunda”.

La Constitución de 1999 fue refrendada por el 72 % de los votos, con una participación de solo el 56 % de los electores votantes que la aprobaron, de 24 millones de venezolanos. Esta es la Constitución que hoy se quiere cambiar, una Constitución, según los expertos, altamente progresista en materia de derechos. Chávez, que fue presidente de Venezuela desde 1999 hasta su muerte en 2013, trató sin éxito de reformar íntegramente su propia Constitución en 2007, recibiendo un gran revés. Ahora el régimen de Maduro intenta convocar una Asamblea Constituyente Comunal, con la intención de derogar la Constitución de 1999, y hacer un texto constitucional ajustado a su medida. Pretendiendo ademas manipular el espíritu, propósito y razón de lo previsto en varios artículos de la Constitución. Procurando llamar a una Asamblea Constituyente Comunal sin convocar al pueblo venezolano, lo cual lo convierte en un proceso que secuestra la iniciativa de manos del ciudadano a sus manos como supremo líder e intérprete del pueblo, y que le transfiere el poder a sindicatos, a indígenas y a comunas, para imponer lo que es el Estado Socialista Comunal, ya rechazado en el Referendo para la Reforma Constitucional de 2007, pero que sigue establecido en el Programa de la Patria como legado de Hugo Chávez.

Los principios constitucionales violados son tantos; que no es necesario andar justificando con argumentaciones legalistas lo que es obvio e irrebatible. El único propósito, que tiene la convocatoria de la fraudulenta a una Asamblea Nacional Constituyente comunal, y ya todo el pueblo lo sabe, es perpetuar en el poder a Nicolás Maduro instaurar una Constitución similar a la cubana que permita implantar un régimen comunista en Venezuela.

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