El diario plural del Zulia

'¿Confundidos?' por Luis Vicente León

No está nada fácil proyectar lo que viene en Venezuela, luego de un proceso electoral que en vez de representar una validación y legitimación del ganador, logró exactamente lo contrario.

Las variables principales que debemos revisar para construir escenarios futuros son: 1) la capacidad del Gobierno de consolidar su Asamblea Constituyente y 2) el riesgo real de aplicación de sanciones unilaterales generales y el impacto que esas sanciones pueden tener sobre los diferentes actores políticos y económicos del país.

Uno podría estar tentado a pensar que la probabilidad de aplicación de sanciones sectoriales, al menos las de corte financiero, es alta y que el impacto económico y operativo de esas sanciones será muy costoso, no sólo para el Gobierno sino para todo el país, lo que sumado a la agudización de la conflictividad social, que seguirá creciendo ante la incapacidad cantada del Gobierno para atender la demoledora crisis económica que vive el país y la radicalización de sus acciones sociopolíticas para tratar de controlar a la población por miedo, harán finalmente imposible consolidar su ANC ante el desconocimiento de su legitimidad por parte de la  mayoría del país y de la comunidad internacional. Las fracturas o implosiones dentro del chavismo debilitarán a la revolución irremediablemente y la hará cada vez más inestable. Bajo este esquema, sería previsible el cambio de gobierno o del gobierno, aunque no esté del todo claro si ese cambio será hacia una transición democrática o a una forma distinta de concentración de poder.

Este es, sin duda, un escenario posible y el que seguramente intentará presionar la oposición y la comunidad internacional. Pero no es el único escenario.

Comparto con ustedes mi peor pesadilla pesimista, pero considerando que algunos piensan que los pesimistas son optimistas bien informados, les juro que aquí sólo se trata de mi temor personal, más educado que informado.

El gobierno, sabiéndose aislado y amenazado de sanciones que podrían afectar dramáticamente su desenvolvimiento económico y político, patea definitivamente cualquier intento de aparentar lo que no es. Ya no tiene que mostrarse ni ficticiamente democrático, ni respetuoso de los derechos humanos. Llega el momento de la radicalización total para unificarse.

Algunos pueden pensar que esa estrategia es insostenible, pero cuando te lo digan, pregúntales como es que lo han logrado tantos otros países aislados y sancionados en el mundo, sin que se hayan producido cambios de gobierno. Recuérdales a quienes te indican que está clara la salida, luego de la emoción que les produjo que Estados Unidos incorporara al presidente Maduro en la lista de presidentes indeseables del mundo, que los otros tres de esa lista, presidentes o dictadores de Zimbabue, Siria y Corea, permanecen actualmente en sus cargos, algunos después de varios años de sanción, y lo único que ha ocurrido es que sus pueblos se han primitivizado políticamente y los gobiernos son más autocráticos, represivos y feroces (aunque con bemoles en materia económica). Diles que te expliquen cómo es que los embargos comerciales han deteriorado más la vida de los pueblos que a los gobiernos castigados, sin que los culpables del problema hayan salido del poder en la mayoría de los casos.

¡Hey! Mira que yo también creo que el primer escenario es posible, por lo que me meto en el grupo de quienes hay que retar, sólo que mi subgrupo es el de quienes lo creen posible, pero no están seguros de qué vaya a pasar. ¿Están ahora más confundidos? Bueno, a eso se refería Sócrates cuando dijo:

“Este hombre, por una parte, cree que sabe algo, mientras no sabe nada. Por otra parte, yo, que igualmente no sé nada, tampoco creo saber algo”.

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