El diario plural del Zulia

Carta pública al gobernador Francisco Arias Cárdenas, señores alcaldes, señores rectores, por Américo Gollo Chávez

Distinguidos señores, nadie mejor que ustedes han de tener mayor información y conocimiento de la realidad, circunstancias, momento, cultura, necesidades de los humanos de sus espacios públicos, pero también de la naturaleza, en su universal comprensión. Conquistaron su espacio y poder político según las bases ideológicas que fundamentan su conducta política y sus programas o promesas electorales para la solución de los problemas de su municipio y del estado, y en el caso de los rectores, por la especificidad de su institución, con un compromiso mayor y más trascendente, orientar a la sociedad según rigurosa fundamentación científica y orientación ética. Desconozco si se adelanta la gestión de conjunto tal como corresponde, correlativamente, complementariamente, o si es la expresión de cada uno, según cada uno es, vale decir, sus conocimientos y su moral. No es momento de evaluar su gestión y de aplaudirlos según hayan cumplido cabalmente el buen hacer o sancionarlos de no haber satisfecho sus responsabilidades. Esto, la evaluación, que debiera ser rutina en un modelo democrático, donde todo poder es delegado de y por la voluntad de su pueblo, desconozco si se ha satisfecho. Será cuestión de la historia y la conciencia de cada uno de ustedes.

Mas, hoy, ustedes tienen una responsabilidad indelegable, inalienable, a saber, defender al Zulia, defender la libertad, defender la democracia, afianzarse en el conocimiento y el arte para avanzar y crecer. Bajo esos principios, la primera necesidad es impedir la ejecución del proyecto de la Constituyente propuesto por Maduro, que no sólo carece de legalidad, puesto que el Presidente se arroga derechos que no tiene, que no puede tener, asaltando la razón, espíritu y propósito de la Constitución vigente, pues si bien la Constitución le da la iniciativa, en modo alguno le concede poder para ejecutarla. Esta decisión es exclusiva e intransferible del pueblo y de manera inequívoca, categórica, fue asumida por Chávez, quien afirmó, que “nuestra Constitución una de las mejores del mundo, está blindada de cualquier capricho personal, etc… y, concluía, que el único que podría modificarla, cambiarle una coma es el pueblo, en referéndum nacional”.

El universo académico, religioso, político nacional e internacional se ha pronunciado contra la ilegalidad del “capricho personal” de Maduro; la gente en su inmensa mayoría, la casi absoluta totalidad de los venezolanos, según lo demuestran encuestas, acciones abiertas y la invencibilidad de las acciones iniciadas por la MUD y asumida por los ciudadanos, estudiantes, iglesias, sindicatos, los medios, con un elevado saldo de mártires por la libertad y más, del mismo modo las disidencias y denuncias del chavismo, por razones más éticas que políticas stricto sensu, ha demostrado la ilegalidad de la propuesta de Maduro y secuaces. Este hecho, con prescindencia de sus intereses personales, privados, íntimos y militancia política, les impone decidir ajustados a la más elemental legalidad.

Mas, si este hecho les impone de manera ineludible e insoslayable negar y rechazar este espurio capricho de Maduro y secuaces, hay dos hechos más que les obligan a decidir a favor del Zulia, a favor de la verdad, de la ética, de la justicia, de la democracia. Se trata de la grotesca patada que el régimen de Maduro da al Zulia. Preciso. Si hubiere elecciones para los constituyentitas tribales, el Zulia con 4.350.000 (Cuatro millones trescientos cincuenta mil) habitantes y Falcón con un millón, este, Falcón elegiría 26 y el Zulia 22, cuatro menos que Falcón, ponderación que se hace escandalosa si se compara con el número de electores. (3.4 a 1) Si eso es grotesco, de esos 22 Maracaibo elegiría dos, con cerca de un millón de electores, mientras San Fernando de Apure, con unos 35 mil electores elegiría igualmente dos.

Barquisimeto es igual a París, dijo Havid Sánchez, porque en París se come croissant y en Barquisimeto comemos guruperas con café con leche y como el croissant y las guruperas son iguales, era obvia la igualdad. Del mismo modo Maracaibo elegiría dos como San Fernando, Maracaibo igual a San Fernando. ¿No es esto grosero y grotesco? No se trata de que nuestros hermanos apureños y falconianos valgan más que los zulianos, es decir que nosotros valemos menos que aquellos, sino de la afrenta que se hace al Zulia. La negación absoluta de la democracia y de la significación y sentido del voto, la equidad de la justicia.

Y el otro hecho que los obliga a pronunciarse es el para qué de la Constituyente de Maduro y secuaces. No me refiero a los objetivos, muchos de una ridiculez desvergonzada, sino a un hecho muy superior por inhumano. Maduro ha dicho ‘Constituyente o guerra’. Ha establecido que será la venganza por la derrota de diciembre. Diosdado promete disolver la AN, execrar a la Fiscal, condenar a los disidentes. Por si fuera poco, otros de candidatos propuestos, son protagonistas de los pronunciamientos más violentos que hemos escuchado y padecido en Venezuela, sean esos suficientes: la esposa del presidente, con familiares consanguíneos acusados de presunto narcotráfico en NY; la señora Varela, cuyo lenguaje, actitud es manifiesta, acusaciones temerarias contra la oposición y tiernas palabras para los pranes. Otros no son peores, mas lo importante es destacar la ausencia absoluta de ética en esas propuestas. Una posible constitución engendrada por estos seres sería a su imagen y semejanza, constituiría un adefesio prehistórico, troglodita y nos sumergiría en la era de las cavernas. Toca a ustedes la responsabilidad de romper el silencio que los hace cómplices de los enemigos de la libertad, y de manera muy concreta de los enemigos del Zulia. Muchos ha habido y graves, tal como el intento de G. Blanco de desaparecer su identidad histórica y política al unirla a Falcón o el de C. Castro (¡qué vaina, Castro!) que cerró su universidad; pero esta afrenta, esta patada es peor, porque se intenta minusvalorar a cada zuliano, a su cultura, a su vida. No crean ustedes que no toqué el despectivo trato que el proyecto espurio de Maduro da a nuestros hermanos aborígenes, sino que tengo el honor de haber sido invitado por muchos de ellos a un cabildo en la Guajira, donde seré testigo copartícipe de su decisión crítica.

A usted, Gobernador, en cumplimiento de sus obligaciones con el Zulia e independientemente de su compromiso con Maduro, Diosdado y compañía, le pido que exija al CNE que disponga suspender el proceso hasta la realización inmediata de un referéndum consultivo en el Zulia, para conocer la decisión de los zulianos. Lo alcaldes lo acompañarían, por las mismas razones éticas y jurídicas que fundamentan esta carta abierta. Como puede observar, esta propuesta le concede la sabia oportunidad de la que disfrutó P. Pilatos, con más facilidad porque no hay Jesucristo sino Mefisto y podría zafarse de la rabia que alimenta al régimen y, a la par, la “historia” lo premiaría.

Por la Constitución por el Zulia…

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