El diario plural del Zulia

¡Caminemos a la luz del Señor!, por Padre Jaime Kelly MSC

Hermanos nos dice la palabra de Dios en 1 Tesalonicenses 5,5: “Todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día: no somos de la noche, ni de las tinieblas”. Esta afirmación nos invita a vivir con la dignidad de ser hijos de Dios, quien es toda luz, por lo tanto estamos llamados a ser reflejos de su presencia, la cual se ha de manifestar en nuestra vida con los frutos de la luz, es decir: “con bondad, con justicia y según la verdad, pues esos son los frutos de la luz” (Efesios 5,9).

Son muchas las sombras, las tinieblas que rodean nuestro mundo. Un mundo violento, agitado, egoísta, idólatra, con acelerado avance en la pérdida de valores morales y cristianos, pero “El mismo Dios que dijo: Brille la luz en medio de las tinieblas, es el que se hizo luz en nuestros corazones, para que se irradie la Gloria de Dios, tal como brilla en el rostro de Cristo” (2Cor, 4,6). Y al irradiar esa luz de Dios, vamos disipando esas tinieblas, vamos venciendo el mundo de la oscuridad para que se instaure en nosotros y a través de nosotros, el Reino de Dios.

Hemos celebrado la esta de la Presentación de Jesús en el templo y recordamos las palabras del viejo Simeón: “Luz para alumbrar las naciones…”; dejémonos alumbrar por Jesús, que es la luz del mundo, y desde nuestro ser interior, alumbrar a nuestra familia, amigos, compañeros y conocidos para construir la civilización o la cultura del amor, viviendo de acuerdo a los frutos de la luz y desde allí, alumbrar a nuestra Venezuela y disipar las sombras de muerte que le envuelven.

En medio de fiesta esta de la Presentación, destaca además la advocación de nuestra Madre, como nuestra Señora de la Candelaria, quien lleva en su brazo derecho al niño Jesús “Luz del mundo”, y en su brazo izquierdo un cirio, invitándonos a vivir con Jesús, y al mismo tiempo ser portadores de su luz, porque nos dice la palabra de Dios en Mateo 5,15 y 16: “Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la pone más bien sobre un candelero, y alumbra a todos lo que están en la casa. Hagan pues que brille su luz ante los hombres, que vean estas buenas obras…”.

De la mano de nuestra Madre la Virgen María de la Candelaria, y de San José modelo de los que aman al Sagrado Corazón, rogamos a Dios que podamos seguir siendo sus instrumentos de amor, de luz y de paz, para que Jesús sea más amado y conocido, y que su Luz como dice el salmista, nos haga ver la luz. Vivamos la invitación que nos hace el profeta Isaías en el Capitulo 2,5 “Ven caminemos a la luz del Señor, y como nos dice el papa Francisco: “Caminemos en la luz, porque Dios es Luz. No vayamos con un pie en la luz y el otro en las tinieblas”. Oremos a Dios para que su luz brille en nosotros en nuestra familia, en nuestra Iglesia, en toda Venezuela y en el mundo entero. Amén.

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