Buena semilla zuliana, por Francisco Arias Cárdenas
El Zulia, Granero de Venezuela. Así se ha reconocido a este estado del Occidente de Venezuela, por la generosidad de sus suelos y la laboriosidad de su gente. En esta coyuntura de cambios para evolucionar y superar el modelo rentista petrolero, la tierra madre nos abre sus brazos para recibir la semilla que ha de germinar en alimento para los venezolanos.
Gracias al diálogo, al acuerdo para el bienestar colectivo, hemos entregado a más de dos mil productores de sorgo, maíz, carne y leche de la Cuenca del lago de Maracaibo cerca de 300 toneladas de semillas, fertilizantes y agroquímicos como parte del Plan de Siembra 2016. Estas acciones permitirán palear los efectos de la sequía sobre la actividad ganadera y las consecuencias de la guerra económica. El soporte financiero del Gobierno Nacional se efectúa a través de líneas de crédito del Banco Agrícola de Venezuela, para garantizar que el motor agroalimentario se mantenga activo.
La interacción se produce sin exclusiones, pues el punto de coincidencia es el que impera. Antes de adquirir las semillas, consultamos con los principales productores regionales para realizar una buena compra. Estas gestiones son parte de la gestión de los Consejos Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), para potenciar los trabajos en conjunto con el pueblo productor. Complementan estas acciones la entrega de microcréditos a agricultores y criadores que se especializan en la producción de cebollín, cilantro, pimentón, porcinos y caprinos.
Para garantizar un porvenir cercano de paz y prosperidad, debemos también sembrar y cuidar otra semilla: la de los valores, la del espíritu, la de la conciencia, para que, independientemente de simpatías políticas y credos, haya un renacimiento de la solidaridad, de la empatía, de la generosidad, del sentimiento plural y colectivo, para que sea desterrado el egoísmo, germen de conductas que tanto daño le han hecho a la patria y a los venezolanos. Esa siembra es posible con el trabajo amoroso de cada día y la palabra que nace del corazón.
