El diario plural del Zulia

Año Nuevo, ¿Vida nueva?, por Antonio Pérez Esclarín

No es fácil comenzar un año nuevo. Lo desconocido inquieta, no sabemos lo que nos traerá. Sobre todo en estos tiempos de incertidumbre, donde si bien las mayorías siguen clamando por un cambio de gobierno, recomponer la economía, fortalecer la moral, cambiar la mentalidad limosnera por la del trabajo y el esfuerzo y lograr que la Constitución deje de ser letra muerta, van a exigir sacrificios muy grandes. Por eso, festejamos la llegada del Año Nuevo de manera ruidosa: explotando cohetes, bailando y abrazando a gritos a familiares y amigos, o enviándoles mensajitos de texto, con frases sacadas del repertorio para la ocasión. Los buenos deseos, que son más bien, ritual rutinario que se repite año tras año, suelen durar mientras dura el abrazo o los efluvios del alcohol que desinhibe la timidez. Así, el Año Nuevo, los planes de vida nueva y la decisión de jugársela en serio por Venezuela, empiezan a ser vividos enseguida, como el año viejo que se fue.

Pero puede haber un modo más auténtico de celebrar el Año Nuevo, sacudiendo rituales y rutinas. Para ello, hace falta valor. El valor de atreverse a planificar la propia vida lo que exige hacerse una serie de preguntas esenciales y responderlas con coraje y decisión: ¿Cómo me propongo vivir este año? ¿Qué estoy dispuesto a hacer por Venezuela? ¿A qué cosas voy a dedicar mis energías y esfuerzos? ¿Ello va a contribuir a mejorar no solo mi situación, sino la situación de las mayorías en Venezuela?

Los seres humanos somos los únicos que podemos decidir cómo ser. Nos dieron la vida, pero no nos la dieron hecha. En nuestras manos está la posibilidad de malgastarla o de vivirla a plenitud. Podemos vivir amargados y amargando a los demás, o vivir felices para hacer felices a los demás. Podemos ser agresivos o amables, violentos o pacificadores, destruir las vidas de otros o vivir para dar vida. Podemos especular y aprovecharnos de la crisis para enriquecernos groseramente o poner nuestras capacidades y bienes al servicio del país. Podemos seguir quejándonos, esperando que otros nos resuelvan los problemas, o podemos empezar a dar lo mejor de nosotros por enrumbar a Venezuela por los caminos del progreso, la reconciliación y la productividad.

Año Nuevo, ¿Vida nueva? De ti depende. Este año que comienza será nuevo si te atreves a levantar de tu egoísmo y pasividad y empiezas a preocuparte y ocuparte por el bienestar de los demás; si te propones edificar tu conducta sobre los cimientos de la honradez y el trabajo, si te esfuerzas por desterrar la agresividad y la violencia. Con violencia será imposible crear una sociedad más reconciliada, dialogante y fraterna. Ni de los insultos, golpes, amenazas, pistolas, tanques y aviones de combate puede salir una sociedad más humana.

Ha llegado la hora de que nos empeñemos en crear una conciencia colectiva, de la necesidad de luchar por un país justo, reconciliado y plural por medios pacíficos pero con firmeza. Para ello, debemos cultivar la esperanza y el compromiso de trabajar por una Venezuela, donde todos vivamos dignamente, y la miseria, los insultos, las colas, la inflación, la corrupción, la violencia y este pésimo gobierno vayan siendo un triste recuerdo del pasado.

Año Nuevo, ¿Vida nueva? De ti, de nosotros, depende

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