El diario plural del Zulia

Amarga la yuca, amargo destino, por Werner Gutiérrez Ferrer

En los medios de comunicación en las últimas semanas en Venezuela se ha alertado sobre los riesgos que implica el consumo de yuca amarga, que ha ocasionado 12 personas fallecidas, y un mayor número de venezolanos que requirieron atención medica, en centros hospitalarios, principalmente de los estados orientales.

La realidad es que el cultivo de yuca amarga existe en el país desde hace décadas, en los estados orientales se acostumbra su cultivo, no para consumo fresco, sino para obtener almidón para uso industrial. También se elabora a partir de esta raíz tuberosa, el tradicional casabe, el cual está completamente libre de sustancias toxicas, ya que durante las fases de su preparación, rayado o molienda, lavado, secado y cocción, las mismas son totalmente extraídas.

En caso de consumir yuca amarga, el daño causado en el organismo ha sido demostrado que está relacionado con la dosis y la frecuencia de la ingestión, pero principalmente con el estado nutricional del individuo. Diversos estudios sugieren que existe una relación directa entre las deficiencias de proteína en el organismo y el envenenamiento producido por la ingesta de esta raíz, lo cual explicaría el por qué los casos de intoxicación y muerte presentados en nuestro país por su consumo estén focalizados en poblaciones de bajos recursos económicos, sometidas a baja ingesta de alimentos, principalmente proteínas.

Para el cierre del año 2016, una familia de cinco miembros requería de 20,1 salarios mínimos (27.092,10 bolívares, vigente para ese momento) para poder adquirir la Canasta alimentaria familiar (Cendas - FMV), la cual se ubicó en 544.990,78 bolívares, aumentando Bs. 84.609,23, 18,4 % con respecto al mes de noviembre de 2016 y 482,3 % entre diciembre de 2015 y diciembre de 2016.

Por sobre el 76 % de los hogares venezolanos están imposibilitados de adquirir una dieta balanceada, produciéndose principalmente una marcada caída en el consumo de proteína animal. La Federación nacional de ganaderos reporta que el consumo de carne disminuyó a 7 kilos por habitante en el 2016, 228,5 % menos con respecto a los 23 kilos que se consumían en 2012. Daniela Aguilar, nutricionista de la Fundación Bengoa, informa que según sus estudios, la mayor parte de la población venezolana no está recibiendo los nutrientes necesarios para su normal crecimiento y desarrollo, por lo que en el pasado año los casos de desnutrición, solo en el grupo infantil, crecieron más de 20 %.

Debemos reconocer con vergüenza que estamos perdiendo vidas humanas por la caída en el consumo de alimentos, y que poseemos el penoso registro de casi 4 millones de compatriotas hurgando en la basura para ingerir “alimentos”. La culpa de estas 12 lamentables muertes no es de la yuca amarga, es del “amargo destino” al que nos han conducido 18 años de desaciertos y fracasos de quienes nos gobiernan, en materia agrícola, sanitaria y económica.

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