El diario plural del Zulia

Abastecimiento, corrupción y hambre segura, por Werner Gutiérrez Ferrer

El 11 de julio de 2016, Nicolás Maduro anunció la creación de la “Gran Misión Abastecimiento Soberano y Seguro” bajo la
dirección del Ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López. Un mes después, un grupo de altos jerarcas de la FANB fueron designados como responsables de supervisar y controlar la producción y distribución de 18 rubros de primera necesidad para el venezolano.

En su momento manifesté mi desacuerdo con esta nueva entelequia del gobierno, e hice público mi rechazo a estos nombramientos, presagiando el fracaso de esta iniciativa por considerar que los generales y vicealmirantes designados para velar por que alimentos, medicinas y artículos de limpieza estuviesen disponibles y accesibles en el mercado no poseían ni el conocimiento ni la experticia necesaria para la función que se les había encomendado. Un año después, el tiempo ha demostrado que esa decisión fue totalmente innecesaria e ineficaz. Reafirmamos hoy que el origen de nuestros males como nación radica en la pretensión del gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro de consolidar un Estado omnipotente y omnipresente en todos los sectores de la economía y agricultura nacional, delegando en la bota militar la ejecución de sus desleales y condenables propósitos.

Es imposible no recordarles el incumplimiento casi absoluto de la Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria, promulgada por Chávez Frías en el 2008, que en su artículo 26 establece: “El Ejecutivo nacional debe crear, promover y mantener reservas estratégicas agroalimentarias por tres (03) meses…”.

Es evidente que el gobierno de Maduro y Padrino, a través de su “Gran Misión Abastecimiento Soberano y Seguro”, están muy lejos de cumplirle sus ofrecimientos al pueblo en momentos que la agroindustria privada solo mantiene activa el 35 % de su planta instalada, y el sector público solo logra cumplir en el mejor de los casos, el 40 % las metas de producción de sus empresas.

En el 2003, Chávez inicia el secuestro del sector agroalimentario por parte de la casta militar, delegando en la FANB la distribución de alimentos. Paulatinamente se le fue cediendo la producción, importación y transformación de estos rubros.

Como consecuencia de ello en estos 18 años se ha afianzado la destrucción del sector agroproductivo privado nacional y se ha enquistado la corrupción alrededor de las importaciones de alimentos. Un año después de su creación, Maduro y Padrino, con este “nuevo” parapeto, solo han logrado incrementar el “abastecimiento inseguro” de alimentos, y el “hambre segura” para el 93 % de la población.

No pretendan nuevamente utilizar como excusa para su fracaso la necesidad de contar con un nuevo marco jurídico, una nueva constitución, que intentan imponer de forma fraudulenta. Con nuevos actores, un modelo diferente y la modificación de algunas leyes, tenemos abierto el camino hacia el bienestar para todos. ¡Sí se puede!

 

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