El diario plural del Zulia

68 años sin Jesús Enrique Lossada por Judith Aular

Un visionario. Insigne abogado, docente, escritor, ensayista, dramaturgo, traductor, parlamentario, periodista y profesor universitario. Jesús Enrique Lossada fue un hombre entregado a carta cabal a la sabiduría y la ciencia. Su amor y su pasión por la búsqueda del conocimiento lo llevaron a convertirse en el padre de la reapertura de nuestra Universidad del Zulia.

Hoy evocamos a aquel hombre, que como universitarios e hijos ilustres de la casa que refundó, tenemos el deber y el compromiso de seguir con sus ideales, mantener abierta la casa del saber, cuna del conocimiento en el Zulia. Es propia la ocasión para recordar aquellas palabras de nuestro insigne rector.

“La Universidad debe tener sus lumbres abiertas de par en par a todas las corrientes ideológicas, debe ser tienda de las doctrinas, vivac de la hipótesis, hospedaje de las luces. Solamente habrá que impedir la entrada al dogmatismo, de cualquier índole que sea, porque dogmatismo es intransigencia, rigidez inadaptable a la movilidad real, paro de la investigación y de la crí- tica, barrera de la inteligencia”.

A 125 años de su fundación y a los 70 años de la reapertura, LUZ sigue agobiada por las penalidades presupuestarias pero su desarrollo no se detiene, perfilándose como una de las mejores universidades de América Latina en el Ranking QS de Universidades Latinoamericanas 2016. Así, seguimos cumpliendo las exigencias del occidente venezolano, una sociedad que está ávida de conocimiento, tal como la proyectó Jesús Enrique Lossada, a quien rendimos honor al cumplirse un año más de su muerte.

Partió dejando encaminada a la Universidad, su hija más querida, dos años después de haberla reinstalado, mas tuvo la previsión de trasmitir, en brillantes escritos y discursos, las líneas de acción de lo que debía ser la institución y hacia dónde debía conducirla su andar centenario. La vida no le alcanzó para presenciar la evolución de LUZ, ni asombrarse ante su descomunal crecimiento en las décadas siguientes.

El futuro se abre desafiante y tenemos que redoblar el paso para asumir con mayor responsabilidad y sentido estratégico el destino de LUZ. De nosotros depende preservar la llama y la pasión de Jesús Enrique Lossada, ante las dificultades que atravesamos, para que juntos podamos decir con orgullo: “Después de las Nubes, el Sol”.

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