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Temer sigue en busca de apoyo mientras manifestantes gritan "Fuera Temer"

La izquierda brasileña salió a las calles para pedir la renuncia del presidente Michel Temer, quien continúa en busca de apoyos para mantenerse vivo en el poder después del escándalo de corrupción que le salpica directamente.

Los movimientos Brasil Popular y Povo Sem Medo (Pueblo Sin Miedo), así como diversos sindicatos, convocaron a los brasileños para ejercer presión sobre el presidente brasileño, quien se encuentra acorralado por las acusaciones realizadas por uno de los dueños de la empresa cárnica JBS.

Las manifestaciones tuvieron lugar en ciudades de al menos 15 de los 27 estados brasileños, aunque la asistencia de participantes fue menor que en otras marchas, incluido en Sao Paulo, donde la intensa lluvia disminuyó la afluencia de personas y llenó la protesta de paraguas y chubasqueros.

En Río de Janeiro un grupo marchó hasta la casa de Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de los Diputados, y quien en función de su cargo tiene la potestad de aceptar o rechazar los pedidos de juicio político contra Temer.

La Cámara baja ya ha recibido alrededor de una decena de solicitudes para abrir el llamado "impeachment" contra el mandatario, quien llegó al poder de manera efectiva el pasado 31 de agosto, precisamente tras la destitución en un juicio político de Dilma Rousseff (2011-2016).

El último de los pedidos ha sido promovido por la Orden (colegio) de Abogados de Brasil (OAB), que por 25 votos a 1 aprobó el informe que recomienda el proceso contra Temer al considerar que cometió un "crimen de responsabilidades".

"En términos políticos el presidente perdió por completo la condición de permanencia en el cargo", aseguró el máximo titular de la OAB, Claudio Lamachia, en declaraciones a medios.

Tras el golpe de la OAB, Temer reforzó las negociaciones para evitar la fragmentación de su base aliada, mantener los apoyos en el Congreso y garantizar su permanencia en el cargo, que se encuentra en cuerda floja después de la demoledora confesión realizada los hermanos Batista, dueños de JBS.

El Partido Socialista Brasileño (PSB) decidió en la víspera pasar a las filas de la oposición y otros importantes socios de gobierno, como el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y Democratas (DEM), aún evalúan su postura.

El jefe de Estado tuvo un fin de semana de intenso cabildeo y convocó varias reuniones en su casa para intentar reconstruir el apoyo de sus aliados y, en una demostración de fuerza, llevar adelante las reformas económicas propuestas por su Ejecutivo.

No obstante, los partidos han emitido una orden de cautela, a la espera de saber cuales serán los nuevos episodios del culebrón político y judicial dirigido por Joesley Batista.

Batista confesó ante las autoridades que desde 2010 pagó sobornos a Temer y entregó como prueba una grabación en la que, según la Fiscalía, el presidente le da luz verde para comprar el silencio de Eduardo Cunha, expresidente de la Cámara de los Diputados que se encuentra preso por corrupción.

Con base en esas acusaciones, el Supremo decidió abrir una investigación contra Temer por los presuntos delitos de corrupción y obstrucción a la Justicia, pero la defensa del mandatario entró con un pedio de suspensión al considerar que la grabación es "fraudulenta" y fue "manipulada".

Temer se basó en el informe realizado por peritos contratados por medios locales que afirmaron que la grabación fue editada antes de ser entregada a la Fiscalía. Precisaron, no obstante, que la parte más polémica, en la que supuestamente da aval para silenciar a Cunha, no habría sido modificada.

El Supremo ha mandado a peritos oficiales analizar la grabación y el pleno de la máxima corte decidirá el miércoles si suspende o no la investigación contra Temer, quien ha reiterado que no va a renunciar.

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