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Sube la cifra de fallecidos en el tifón Nock-Ten en Filipinas

Al menos cuatro personas murieron y otras ocho fueron declaradas desaparecidas este lunes en Filipinas, en que el potente tifón Nock-Ten alcanzó al archipiélago el día de Navidad aunque sin alcanzar la capital.

La tempestad, que debe su nombre a un pájaro de Laos, tocó tierra el domingo a nivel de la provincia de Catanduanes (este) acompañado de vientos sostenidos de 235 km/h, según la agencia meteorológica filipina.

Una pareja pereció durante una inundación y un anciano a causa del desmoronamiento de una pared, anunció a la televisión local Al Bichara, gobernador de la provincia de Albay (este), una de las zonas más afectadas.

Otra persona murió electrocutada en la provincia de Quezón (este), informó la policía.

Un ferry, anclado en la provincia costera de Batangas se hundió este lunes y ocho miembros de la tripulación fueron dados por desaparecidos, según los servicios guardacostas.

Más de 383.000 personas fueron evacuadas de sus hogares por medida de precaución, y 80 vuelos internos e internacionales anulados, indicaron este lunes las autoridades. Millones de viviendas quedaron sin electricidad.

Este tifón, muy tardío para la temporada, afectó considerablemente las celebraciones de Navidad en un archipiélago en que el 80% de la población es católica.

Nock-Ten parecía disminuir su intensidad este lunes de tarde con vientos de unos 180 km/h hacia el mar de China meridional, y por su ruta evitaría la ciudad de Manila, según el responsable de meteorología, Gener Quitlong.

La metrópoli de 13 millones de habitantes se encontraba anormalmente calma para tratarse del día siguiente a Navidad, puesto que la mayoría de los habitantes se encerraron en sus casas.

Los servicios de protección civil habían anunciado antes que la capital podría ser afectada por "precipitaciones intensas, inundaciones y vientos sostenidos".

- 'Navidad triste' -

La región de Bicol (este) fue las más duramente castigada el domingo.

Esta zona pobre y esencialmente agrícola, donde viven 5,5 millones de personas, es con frecuencia la primera afectada por la veintena de tifones que azotan al archipiélago cada año.

Este lunes, numerosas calles de Ligao, una localidad de Bicol, estaban aún bajo el agua, que al retirarse de las casas las dejó por completo enlodadas.

Erna Ángela Pintor, una habitante de 20 años, explicó que su familia y ella no durmieron ante el temor de que el temporal hiciera volar el techo de su casa, donde se refugiaron vecinos cuyas viviendas, ubicadas más abajo, quedaran inundadas hasta una altura de un metro.

"En casa, el agua subió hasta el nivel de nuestras rodillas", dijo a la AFP. "Felizmante, la corriente no era muy fuerte", continuó.

En algunas localidades, los funcionarios animaron a los habitantes a que se refugiaran en los centros de acogida, donde ofrecían cerdo asado, plato tradicional navideño en Filipinas.

"Los funcionarios de la región de Bicol, en particular los implicados en los servicios de prevención de catástrofes, trabajan 24 horas sobre 24, inclusive en el día de Navidad, en tanto el tifón continúa siendo una amenaza para la región de Bicol", declaró en un comunicado Martin Andanar, portavoz del presidente filipino, Rodrigo Duterte.

En tiempos normales, millones de filipinos viajan cada año al interior del país para pasar las fiestas navideñas en familia. Es raro que en la época se produzcan tifones, puesto que generalmente ocurren entre julio y octubre.

Los científicos estiman que la violencia de los temporales en estos últimos años es imputable al cambio climático.

En noviembre de 2013, 7.350 personas murieron o fueron dadas por desaparecidas durante el paso del supertifón Haiyan.

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