El diario plural del Zulia

Sobrevivientes de la masacre en Florida tuvieron un triste regreso a clases [+Fotos]

Cerca de 150 terapeutas estaban disponibles si los estudiantes se sentían mal

Llorosos, desafiantes y rodeados de mensajes de apoyo, flores y una fuerte presencia policial, los estudiantes volvieron el miércoles a su escuela en Parkland, Florida, donde un exalumno masacró a 17 personas hace dos semanas.

Al salir de la secundaria Marjory Stoneman Douglas (MSD) en esta ciudad al norte de Miami, algunos estudiantes lucían sombríos y hablaron en un tono grave y monótono, mirando el suelo.

Una de ellas fue Kimberly Miller, de 14 años, cuyo profesor de geografía, Scott Beigel, fue uno de los 17 acribillados el Día de San Valentín a manos de un exalumno llamado Nikolas Cruz, de 19 años.

"Es muy triste porque mi profesor de geografía no estaba allí y tuvimos que ir a otra clase y hablar con gente", dijo a la AFP. Pero "había muchos terapeutas y si te ponías triste podías salir de la clase y hablar con alguien para pasar el duelo".

El 95 % de los cerca de 3.300 alumnos de la MSD acudieron a la escuela secundaria este miércoles, dijo luego en conferencia de prensa el superintendente de escuelas del condado de Broward, Robert Runcie.

"Dimos un paso importante en el proceso de recuperación", señaló. Los estudiantes "siguen siendo jóvenes inspiradores y siguen mostrándonos su fortaleza".

A primera hora de la mañana, decenas de policías y de equipos SWAT se formaron en línea en las veredas para saludar a los estudiantes, uno a uno, con un "buen día". A la salida, un grupo de policías les repartía flores y dos mujeres les regalaban galletas.

William, de 17 años, no quiso dar su apellido. Dos de sus compañeros de clase,  Nicholas Dworet y Meadow Pollack, fallecieron en la masacre.

"Fue muy triste volver ahí y ya no ver a mis amigos. (...) Es todo un poco aplastante", dijo.

Los profesores no dieron clases curriculares sino que dedicaron la jornada a discutir lo ocurrido. Cerca de 150 terapeutas estaban disponibles si los estudiantes se sentían mal.

"¿Qué pasa si esto sucede de nuevo?", se preguntó Alan, de 15, y quien tampoco quiso decir su apellido.

Para darles ánimo, cientos de vecinos y exalumnos los recibieron en la mañana con carteles como "te amamos" y "estamos contigo".

"Pero hay que hacerles saber que nadie está esperando que a ellos se les haga fácil, hay que decirles que está bien que tengan miedo y está bien sentir rabia", dijo Mavrides a la AFP.

 

 

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