El diario plural del Zulia

Refugiados sirios celebran su primera Nochevieja en su restaurante en Francia

Para Cesar y Rima, una pareja de refugiados sirios, esta fiesta de fin de año será muy especial porque recibirán a sus invitados en el "Delicias de Alepo", el restaurante que acaban de abrir en Francia.

"Las especialidades culinarias de Alepo son conocidas en todo el mundo", cuenta orgulloso César Asfar, cuyo restaurante abrió sus puertas el miércoles en Tournus, en la región de Borgoña, en el centro-este del país.

En la cocina, César prepara tabule, baba ghanush, falalel, shawarma y knafeh. Su mujer Rima se encarga de servir las mesas.

Las paredes del restaurante están decoradas con fotos de su ciudad de origen, una de las más hermosas de Siria antes de que fuera devastada por la guerra civil.

En Alepo, Rima era profesora de artes plásticas y su marido era director comercial de una compañía japonesa. Pero a finales de 2014, la vida se volvió demasiado complicada en la ciudad, dividida entre barrios rebeldes y zonas controladas por el régimen del presidente Bashar Al Asad.

"Perdimos nuestro trabajo y la casa que nos estábamos construyendo", explica Rima, que también recuerda el peligro diario de los bombardeos que caían en la ciudad, contra los hospitales, las escuelas...

La pareja de treintañeros viajó entonces a Francia con sus dos hijos, llevando consigo un simple visado de turismo. En el avión, no tenían ninguna idea de lo que les iba a deparar el futuro: "Sólo queríamos una cosa: encontrar un trabajo, de lo que fuera, para ofrecer un mejor futuro a nuestros hijos".

La familia Asfar estuvo varias semanas en la región parisina, y luego en Nancy, en el este, antes de encontrar un alojamiento en Toul (este). Varias asociaciones ayudaron a estos cristianos de Oriente y, seis meses después de su llegada a Francia, obtuvieron el estatuto de refugiados.

- '¡Gracias a Dios!' -

Rima aprendió francés en Siria. César, en cambio, tuvo que aprenderlo.

Los meses iban pasando y no encontraban trabajo. "Estábamos cansados de buscar, y angustiados por el futuro", recuerda Rima.

En agosto, la pareja descubrió en internet un anuncio para hacerse cargo de un restaurante. Los propietarios buscaban que las personas que lo retomaran estuvieran buscando trabajo.

Hubo muchos candidatos pero "la respuesta fue positiva para nosotros, ¡gracias a Dios!", explica la pareja católica siriaca.

Luego, todo avanzó muy rápidamente.

La familia necesitaba un alojamiento. El padre Jacky de la catedral de Toul se puso en contacto con su homólogo de la Abadía de San Filiberto en Tournus, el padre Oudot, para pedirle ayuda.

"Una señora de la parroquia disponía justamente de un alojamiento vacío para alquilar", dice el padre Oudot.

La familia se traslada a Tournus en diciembre y sus hijos gemelos de 3 años son rápidamente inscritos en la escuela.

Después de algunas obras, el restaurante, que puede acoger a unos 20 comensales, estuvo listo en tres semanas. Desde los primeros días, el establecimiento gozó de un buen recibimiento: una vendedora les llevó un ramo de flores, dos clientes fueron expresamente desde la ciudad vecina de Chalon sur Saône para probar sus platos.

Para las fiestas de Fin de Año, los padre de Rima consiguieron viajar a Tournus. Ellos siguen viviendo en la parte oeste de Alepo, bajo control del régimen, pero sus tres hijos residen en el extranjero. "Tenemos un hijo en Toulouse (sur de Francia) y otro en Beirut", cuentan.

Pese a la distancia, no se arrepienten del camino que han escogido sus hijos. "Sabemos que están seguros. En Siria, no era así. Rima y César vieron cómo caía un obús a 40 metros de ellos".

Pero hoy César y Rima ya dejaron atrás aquella angustia. "Estamos muy felices. Ahora tenemos la esperanza de una vida mejor", confía la pareja.

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