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Piden a OMS medidas frontales contra envenenamiento por mordedura de serpientes

Según Médicos Sin Fronteras, el sector privado tiene poco interés en producir tratamientos por considerarlo poco rentable, ya que los países más afectados son también los más pobres

La Asamblea Mundial de la Salud adoptó una decisión para tomar medidas más frontales contra el problema de salud pública que representa el envenenamiento por mordedura de serpientes, que afecta cada año a 2,7 millones de personas en el mundo, de las cuales 100.000 mueren.

Así lo informó la Organización Mundial de la Salud (OMS), que de esta manera ha recibido un mandato claro de su principal órgano de toma de decisiones para movilizar a gobiernos y donantes en la búsqueda de soluciones a esa situación, que se considera urgente de tratar.

Los expertos afirman que el envenenamiento por mordedura de serpiente es una crisis sanitaria real, pero desatendida, con una carga especialmente importante de mortalidad y morbilidad en África subsahariana y Oriente Medio.

Además de las víctimas mortales que ocasiona, hay decenas de miles de personas que quedan con secuelas que les causan discapacidad a largo plazo.

Ello es consecuencia de que la mayoría de aquellos que son mordidos por serpientes no tienen acceso a un tratamiento, sea porque no hay antídotos disponibles, por falta de personal sanitario formado para atender estos casos o por la inexistencia de ambulancias u otros medios para transportar rápidamente a los heridos.

Según la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), que el año pasado atendió 3.000 casos de mordeduras de serpientes en sus centros médicos, los países más afectados son República Centroafricana, Sudán del Sur, Etiopía y Yemen.

La mordedura de serpientes mata así cada año más personas que muchas otras enfermedades tropicales también desatendidas, por lo que requiere la atención de las autoridades sanitarias.

El sector privado, afirma MSF, tiene poco interés en invertir en el desarrollo de tratamientos para un problema que afecta a países y personas generalmente muy pobres.

"En 2014, la farmacéutica Sanofi dejó de producir su tratamiento conocido como FAV-África porque no era suficientemente rentable, a pesar de ser considerado un excelente producto" y el único eficaz contra el veneno de las serpientes más peligrosas en África subsahariana, lamentó la organización humanitaria.

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