El diario plural del Zulia

Paz, el voto que Colombia busca

La puesta en marcha del acuerdo con el ELN depende en gran medida de quien gane las presidenciales del 27 de mayo

En el frente de su casa, en el barrio Amparo, está sentado Juan Echenique, de 62 años, quien es oriundo de Colombia, pero desde hace 29 años reside en Maracaibo. “Ancho”, como le dicen cariñosamente al abuelo, se lamenta de no poder sufragar en las elecciones de su país natal, que se realizarán el 27 de mayo.

Un problema en la cadera le impide moverse de su casa. “Si pudiera ir, votaría con mucho gusto, esta vez es necesario elegir a un candidato que continúe con los acuerdos de paz que se han logrado hasta ahora”.

Echenique, recuerda cómo el conflicto armado, que ha envuelto a su país por más de 50 años, acabó con cuatro integrantes de su familia en el Bajo Cauca, por minas antipersonales.

Otros dos primos fueron reclutados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y la mayoría de sus familiares tuvieron que desplazarse hacia Venezuela y Ecuador por la incursión de los grupos subversivos en ese departamento.

El pensamiento de Echenique se repite en miles de colombianos, que el próximo domingo acudirán a la primera vuelta electoral para elegir al nuevo presidente, para el período 2018- 2022.

Los votantes se debaten principalmente entre dos propuestas antagónicas; Iván Duque, de 41 años, candidato del Centro Democrático se niega a continuar el diálogo de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), iniciado por Juan Manuel Santos en 2017, y promete revisar el acuerdo armado con las FARC en 2016.

Por su parte, el candidato de centro izquierda, Gustavo Petro, de 58 años, exguerrillero y exalcalde de Bogotá, ha demostrado ser un defensor que la segunda guerrilla de Colombia cese sus armas.

La paz condiciona comicios

 El pueblo colombiano considera que en estas elecciones, a diferencia de las anteriores, se juega el sosiego de la nación. ¿Cuáles son sus apuestas hacia la paz? ¿Hay compromiso para continuar los diálogos en Cuba? Son algunas de las preguntas más frecuentes que se hacen los conciudadanos de ese país en vísperas a los comicios.

El tema de la resolución del conflicto armado colombiano tiene más predominancia que las propuestas económicas y sociales. José Cheo Romero, internacionalista y profesor jubilado de la Universidad del Zulia, asegura que Colombia disfruta hoy de un respiro, después de  más de medio siglo del conflicto armado.

“La propuesta de Duque viene captando más electores, el tema de la guerrilla es un tema muy sensible, porque muchas familias han sido tocadas por la violencia. Colombia no olvida el dolor y la tragedia que ha sembrado la guerrilla en ese país”.

Romero refiere que el uribismo ha apelado a ese resentimiento de la sociedad neogranadina y ha vendido la idea de no continuar con las conversaciones con el ELN. Además, promete revisar el acuerdo de paz armado en 2016 con las FARC. “Esa propuesta tiene sintonía en una parte del pueblo, que no perdona. Ya, durante las elecciones parlamentarias, el pueblo cobró los años de tragedia. Las FARC salió derrotada y lo aceptó. Pero hay otra parte de la nación que quiere cerrarese capítulo trágico y apuesta al entendimiento”.

Acuerdos irreversibles

Emilio Nouel, internacionalista y catedrático de Derecho Internacional en la Universidad Metropolitana de Caracas, refiere que si Duque llegara a la presidencia este no podría afectar los acuerdos pactados en la gestión de Santos. “Ese pacto es la “bisagra internacional”, que ha dado un posicionamiento y reconocimiento a Colombia. Goza de una aceptación de la ONU y de la sociedad extranjera. Desechar ese pacto, que valió un Premio Nobel de la Paz, sería un gran desacierto”.

La propuesta de Petro, quien simpatiza con la firma de los acuerdos de paz -refiere Nouel- no ha calado dentro de la oligarquía colombiana que ha sido fuertemente trastocada por la violencia en ese país. “A diferencia de la oligarquía venezolana, la colombiana se cohesiona ante estas propuestas y otras que tiene que ver con temas económicos que no son favorables”.

En el seno del Gobierno colombiano se cree que este tema podría verse entorpecido si la derecha ganará las presidenciales, de allí la necesidad de firmar un documento antes del 7 de agosto, cuando Santos entrega el poder. “Dichos acuerdos son irreversibles, no importa quién llegue, tendrá que continuarlos, no solo desde el punto de vista legal, sino práctico, racional”, apuntó el mandatario.

“La guerrilla colombiana sabe que está en sus últimas. Las FARC firmó un acuerdo político a finales de 2016 porque sabía que militarmente estaba derrotada. También sabía que iban a estar derrotados políticamente- y se manifestó en las elecciones del congreso-, pero eso era menos doloroso que la militar”.

Acota que el ELN está apurando para que se firme un pacto antes de  que Santos abandone el Palacio de Nariño, porque sabe que si llegara a ganar Duque no habría un convenio.

Romero avizora que el rumbo de Colombia cambiaría drásticamente y el pueblo pagaría ese alto precio. “El ELN volvería a las armas y la arremetida militar sería más dura de ambas partes”.

En las encuestas, Duque le saca una ventaja de 12 puntos a su mayor rival. Sin embargo, la inesperada derrota del “Sí” al acuerdo de paz con la exguerrilla de las FARC, durante el plebiscito de 2016, mostró que el resultado de los escrutinios no siempre es predecible en los sondeos.

Mientras se conocen los resultados de los comicios, “Ancho” y millones de colombianos sueñan con una sociedad donde las ofensivas militares de la segunda guerrilla activa de ese país y la única de América Latina, cesen no solo por unos comicios. Que se apaguen los fusiles.

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