Museveni reelegido presidente de Uganda entre acusaciones de fraude
El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, ha sido reelegido en el cargo al ser declarado este sábado ganador, con un 60,7 % de los votos, de los comicios celebrados el jueves en un ambiente de gran tensión y que fueron calificados de fraudulentos por el líder de la oposición.
Según los resultados de la Comisión Electoral, Museveni, de 71 años y que acumula ya 30 años en el poder, le ganó la partida al candidato del Foro para el Cambio Democrático (FCD), Kizza Besigye, que obtuvo un 35,3 % de los apoyos.
Poco después del anuncio de la autoridad electoral, Besigye denunció que el proceso ha sido "un fraude" y pidió una investigación independiente sobre el recuento de votos.
Besigye hizo estas afirmaciones en un comunicado enviado por correo electrónico desde su domicilio, donde permanece confinado desde que fuera detenido el viernes junto a otros dirigentes de su partido mientras participaban en una reunión de la formación.
Las autoridades han impedido a los periodistas acceder a la vivienda del líder opositor.
"El anuncio de estos resultados fraudulentos es parte de un discreto golpe de Estado", dijo el presidente del FCD, Mugisha Muntu, quien pidió al pueblo ugandés y a la comunidad internacional que expresen su rechazo a la supuesta manipulación.
Observadores de la Unión Europea (UE), la Commonwealth y la Unión Africana (AU) han criticado las irregularidades de las elecciones presidenciales, legislativas y locales del jueves.
La misión de la UE ha denunciado, asimismo, el clima intimidatorio para la oposición en el que se celebraron las votaciones.
La jornada electoral y los días posteriores han estado marcados por un fuerte despliegue policial en la capital del país, Kampala, en cuyas calles prácticamente desiertas no se produjeron esta vez las escenas de alegría propias de los días de comicios en Uganda.
Mientras tanto, redes sociales como Facebook y Twitter o aplicaciones como WhatsApp permanecen bloqueadas desde el día de las elecciones por orden de la Comisión de Comunicaciones, que obligó a las empresas de telecomunicaciones a cerrar estas aplicaciones a instancias de la Comisión Electoral y con la bendición de Museveni.
Pese a lograr su quinta victoria consecutiva en las presidenciales, Museveni ha perdido una cantidad significativa de puntos porcentuales respecto a los anteriores comicios, celebrados en 2011, cuando logró un 68 % de apoyos al ser votado por casi cinco millones y medio de personas.
Sin embargo, el número de votos al presidente ha aumentado ligeramente en estas elecciones, en las que ha conseguido unos 200 mil sufragios más.
La mayoría de los casi millón y medio de nuevos electores que ejercían por primera vez su derecho al voto se han decantado por el FCD de Besigye, que se ha impuesto en la capital y casi todas las ciudades.
El opositor Besigye, de 59 años, ha mejorado en casi 10 puntos sus resultados de hace cinco años, cuando quedó también en segunda posición.
Cerca de nueve millones de los cerca de 15,3 millones de ugandeses con derecho a voto acudieron a las urnas en las presidenciales.
Museveni ha sido el vencedor de todas las elecciones presidenciales celebradas en Uganda desde 1996, 10 años después del fin de la guerra civil (1980-1986) tras la que se autoproclamó presidente.
El líder ugandés es uno de los presidentes africanos con más años en el poder y se ha caracterizado por sus ideas conservadoras en cuestiones sociales y la actitud beligerante hacia los homosexuales de su gobierno del oficialista Movimiento de Resistencia Nacional (MRN).
Su trayectoria al frente de Uganda ha estado marcada también por sus esfuerzos (hasta el momento infructuosos) para capturar al líder del rebelde Ejército de Resistencia del Señor (LRA, en sus siglas en inglés), que continúa su actividad en la vecina República Democrática del Congo (RDC) y otros países de la región.
Criticado por los atropellos a las libertades y a los derechos humanos en el país, Museveni ha presentado como dos de sus puntos fuertes el crecimiento económico y la estabilidad que en los últimos años ha vivido este país, azotado en el pasado por la guerra y la actividad de grupos rebeldes.
