Macron afirma que escándalo Benalla no obstaculizará sus reformas
El presidente francés, Emmanuel Macron, reconoció hoy que el escándalo Benalla ha permitido a la oposición paralizar temporalmente la reforma constitucional, pero subrayó que tanto ésa como las otras reformas de su programa saldrán adelante, según el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux.
En conferencia de prensa al término del Consejo de Ministros, Griveaux dijo que la oposición había "ganado una batalla táctica" al aplazar la semana pasada la tramitación de la reforma constitucional en el Parlamento para crear comisiones de investigación sobre el ya destituido jefe de seguridad de Macron, Alexandre Benalla.
Pero subrayó que, una vez que se concluyan las investigaciones sobre este caso, a la vuelta de las vacaciones "se sacarán todas las lecciones" con "una reforma en profundidad" que no se limitará al funcionamiento del Elíseo, sino también de la Policía.
Griveaux insistió en que para Macron "nadie que trabaje en el Elíseo está por encima de las leyes", en alusión a Benalla, pero también dijo que hay que respetar la presunción de inocencia.
Recordó que el jefe del Estado ayer asumió la entera responsabilidad por este escándalo, que es una forma de "poner fin" al recurso a subalternos utilizados como chivos expiatorios para cubrirse.
Griveaux adelantó que se van a establecer "procedimientos colectivos" para "evitar que se puedan repetir comportamientos individuales desviados" en el futuro.
El portavoz rechazó la posibilidad de que Macron comparezca ante las comisiones de investigación parlamentaria que se han creado en la Asamblea y en el Senado, como han pedido varios grupos de oposición, y lo justificó por "la separación de poderes" que establece la Constitución de la V República.
A ese respecto, dijo que es el Gobierno el que responde ante el Parlamento, mientras que "el presidente de la República es responsable ante el pueblo".
Sobre las críticas a Macron por el hecho de que su primera reacción pública al escándalo Benalla fuera ayer ante los parlamentarios de su mayoría parlamentaria, Griveaux replicó que el jefe del Estado decide el formato y el momento de sus intervenciones.
Además, señaló que hablar ante sus diputados era una forma de manifestarles "la confianza que tiene en ellos" para continuar poniendo en marcha las reformas programadas de forma inmediata, como la lucha contra el fraude y el proyecto de ley sobre el asilo y la inmigración.
