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La OEA pide el "cese inmediato" de la violencia en Nicaragua

El embajador ante la OEA de Nicaragua, Luís Alvarado, aseguró que su Gobierno "está comprometido con el trabajo y la paz"

La Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó este martes una declaración para pedir el "cese inmediato" de la violencia en Nicaragua, aunque no dirigió esa petición al Gobierno del presidente Daniel Ortega, al que grupos humanitarios señalan como responsable.

La declaración "en apoyo al pueblo nicaragüense" fue aprobada por consenso en la Asamblea General del organismo, su foro político más importante que se concluye este martes.

"Este es el primer paso para que el Gobierno de Ortega sea responsable de sus acciones", dijo tras la aprobación el embajador de Estados Unidos ante la OEA, Carlos Trujillo.

A pesar de la dureza de Trujillo, la declaración fue pactada por Nicaragua y Estados Unidos, que ha instado al resto de países a abordar en la Asamblea la crisis nicaragüense.

El embajador ante la OEA de Nicaragua, Luís Alvarado, aseguró que su Gobierno "está comprometido con el trabajo y la paz" y, a continuación, recitó la oración de san Francisco de Asís, entre un gran revuelo de los Estados miembros, que en algunos casos expresaron desaprobación.

"Oh, Señor, hazme un instrumento de tu paz. Donde hay odio, que lleve yo el amor. Donde haya ofensa, que lleve yo el perdón. Donde haya discordia, que lleve yo la Unión", declaró Alvarado.

Desde el 18 de abril, Nicaragua vive su crisis más sangrienta desde los años 80 con más de un centenar de muertos y un millar de heridos, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).

Las protestas contra Ortega y contra su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, comenzaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del presidente, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso de poder y corrupción.

La declaración, una fórmula poco comprometedora y de gran tradición en la OEA, exige el "cese inmediato" de la violencia, al mismo tiempo que insta al Gobierno de Nicaragua y al resto de actores a que "demuestren compromiso y participen constructivamente en negociaciones pacíficas" para resolver la crisis.

Al respecto, señala algunos de los "desafíos fundamentales" de Nicaragua, como "el fortalecimiento de las instituciones democráticas y la celebración de elecciones libres, justas y oportunas, celebradas en un ambiente libre de miedo a la intimidación, las amenazas o la violencia".

En la declaración, los países expresaron su "preocupación" por la suspensión del proceso de diálogo que, con la mediación de la Iglesia católica, se inició el 16 de mayo entre el Gobierno de Ortega y la sociedad civil, pero quedó cancelado por desacuerdos sobre la convocatoria de elecciones.

Organizaciones humanitarias como Human Rights Watch (HRW) y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil) han urgido a los cancilleres reunidos en la Asamblea General de la OEA a abordar la crisis de Nicaragua, un tema que fue protagonista indirecto de la cita.

No obstante, la crisis de Nicaragua no figuró en el temario de la Asamblea General.

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