Jean-Luc Mélenchon defiende el proceso electoral venezolano

El líder de la izquierda radical francesa, Jean-Luc Mélenchon, defendió hoy la legitimidad de las elecciones presidenciales en Venezuela y calificó de "títeres" de Estados Unidos a los países que habían pedido su suspensión hasta que hubiera un acuerdo con la oposición sobre su convocatoria.

En una entrevista con los medios "LCI" y "RTL", Mélenchon insistió en que la fecha de esos comicios se había acordado incluso con el visto bueno del expresidente del Gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, pero una parte de la oposición decidió boicotearlos.

Afirmó que "no es verdad que la oposición boicotea, porque hay otros tres candidatos" al margen del presidente saliente y favorito, Nicolás Maduro, y que proceden de la plataforma opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD).

Además, negó también que la comunidad internacional no reconozca este proceso electoral, ya que en su opinión en realidad "hay un cierto número de países, en torno a los títeres de Estados Unidos, que han decidido que estas elecciones no les convenían".

El líder de la Francia Insumisa reconoció que "hay una gran dificultad en Venezuela", que según dijo tiene su origen sobre todo de que el país sufre el bajón del precio del barril de petróleo -principal fuente de ingresos-, que ha pasado "de 100 a 35 dólares".

Además, denunció que "había una crisis terrorífica que viene de una parte de la oposición que es violenta" y que "ha creado una situación tan explosiva" que condujo al Gobierno de Maduro a reaccionar con la creación de una Asamblea Constituyente y la organización de estas elecciones presidenciales.

"Por lo tanto, se solucionan los problemas con elecciones", concluyó.

Francia, como sus socios de la Unión Europea (UE), han reprobado de forma repetida el proceso electoral en Venezuela por considerar que incumple las reglas de transparencia y equidad.

Mélenchon hizo hincapié en que se cuestiona el carácter democrático del sistema político venezolano pero no se hace lo mismo con otros países como Arabia Saudí, donde cualquier crítica conduce a quien la hace a la cárcel.