Farmacéuticos cuestionan negocio de la marihuana estatal en Uruguay
Los farmacéuticos de Uruguay se muestran escépticos sobre la rentabilidad que podría dejar la venta de marihuana bajo control del Estado, según declaraciones difundidas este lunes.
Los dueños de farmacias, locales en los que debería venderse el cannabis con fines recreativos en el marco de una ley de regulación aprobada en 2013, se muestran preocupados por la cantidad de inscriptos en el registro que permitirá el acceso a la marihuana estatal, y la consiguiente viabilidad del negocio.
"Hasta ahora no hemos visto nada concreto, no hay un cronograma, no sabemos cómo se va a preparar a la gente que va a vender", dijo al diario El Observador Martín Álvarez, gerente general de San Roque, una las principales cadenas de farmacias de Uruguay.
El gobierno anunció que la venta de marihuana en farmacias, que estará disponible para ciudadanos y residentes legales que se inscriban en un registro oficial, comenzaría en julio.
Desde que se inició el proceso de inscripción el 2 de mayo se anotaron 4.339 personas, según datos del oficial Instituto de Regulación y Control del Cannabis, IRCCA.
"Si tenemos 5.000 posibles clientes diseminados por todo el país, y la mayoría de ellos estaría en Montevideo, tendríamos apenas unos 10 o 20 clientes por mes en el interior, lo que de ninguna manera es negocio", le dijo Álvarez al diario.
En la misma línea, el presidente de la Asociación de Farmacias del Interior, que reúne a los establecimientos fuera de la capital, Fermín Aguiñarena, dijo a la radio local Carve este lunes que "muchos (farmacéuticos) están esperando a ver qué sucede, ver cómo se inicia el tema para anotarse" ante el IRCCA.
"Uno tiene que hacer los cálculos", afirmó Aguiñarena. El volumen máximo mensual de compra de "40 gramos, a 0,30 de dólar, da 12 dólares por mes. Eso lo tiene que multiplicar por la cantidad de usuarios. (...) Si tiene 10 no da resultado".
Uruguay aprobó una ley de Regulación del Cannabis que habilita tres mecanismos para acceder legalmente a la droga: el autocultivo en hogares, el cultivo cooperativo en clubes y la venta de marihuana producida por empresas privadas controladas por el Estado a través de farmacias, última etapa que resta para implementar completamente la norma.
