El diario plural del Zulia

“Estamos asustados y con incertidumbre”

Venezolano residente del campamento El Salitre, en Bogotá, habla sobre el desmantelamiento del refugio

El próximo 15 de enero el Distrito levantará el refugio que adecuó para albergar a más de 300 ciudadanos del vecino país que llegaron a Colombia.

En diálogo con Caracol Radio, Jesús Brazo, ciudadano venezolano y ocupante del campamento El Salitre, que fue levantado para darle refugio quienes llegaron del vecino país buscando un mejor futuro, dijo su panorama es incierto luego del 15 de enero cuando dejen de existir las carpas que hoy ocupan.

“Esa es la pregunta del millón, no sabemos que pasar con nosotros luego del 15 de enero. Nosotros somos la familia más grande del campamento con 12 personas entre adultos y menores de edad y la verdad no hemos podido conseguir un trabajo digno por la falta de los permisos para trabajar”, dijo.

Muchos vinimos a buscar lo que en Venezuela no tenemos, acá hay abundancia, lo que necesitamos es un trabajo digno (…) Yo he buscado en trabajo pero siempre me piden el permiso, creo que si nos hubiesen ayudado con eso tendríamos otra suerte

El campamento El Salitre se levantó el pasado 13 de noviembre con el propósito de ayudar temporalmente a cientos de venezolanos que se ubicaron a la intemperie en el entorno a la terminal de transporte, pero que según el Distrito el compromiso era que se levantaba el próximo 15 de enero.

Voz oficial

Daniel Mora, encargado de la Secretaría de Integración Social del albergue temporal, declaró a El Espectador que en estos tres meses se ofrecieron ayudas a los migrantes en cuatro niveles. La primera, junto a la Cancillería y Migración Colombia, consistió en el apoyo para que los migrantes pudieran continuar su camino hacia otras ciudades o países. "Uno de los casos más representativos fue el traslado de un bus para Ipiales, en el que se fueron quienes querían irse para Ecuador".

Además, se brindó ayuda jurídica para que los venezolanos lograran legalizar su situación en el país, mientras que, en el tercer nivel, se les dio la atención médica necesaria, social y educativa a niños, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas en condición de discapacidad.

Por último, junto al Ejército y el Instituto de Desarrollo Económico se hicieron jornadas de formación de inclusión laboral, y privados se ocuparon de brindarles alimentación diaria. "Además, se dio atención psicosocial a las familias, para los casos de violencia intrafamiliar, consumo y demás problemas que pudieran presentarse durante la migración".

A partir de esta semana, se comenzaron las socializaciones con los migrantes para garantizar su traslado. En los casos de familias con niños o madres gestantes se realizan acuerdos con entidades y fundaciones privadas para garantizar  condiciones tras el cierre del campamento. En cuanto al predio, el Distrito se comprometió a recuperarlo con el fin de no generar mayores traumatismos para las personas que residen en la zona.

 

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