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En marcha operativo para desalojar embajada de Venezuela en EE. UU.

Un grupo de activistas estadounidenses, que se agrupó en el Colectivo para la Protección de la Embajada (Embassy Protection Collective), vive desde hace semanas en la sede, con la anuencia del gobierno de Maduro

La policía dio inicio este lunes a un operativo para desalojar la embajada de Venezuela en Washington, tomada desde hace varias semanas por activistas estadounidenses que se oponen a la entrada de la delegación del líder opositor Juan Guaidó.

"Las autoridades ya dieron el paso", confirmó Rafael Alfonso, encargado de operaciones de la delegación de Carlos Vecchio, representante de Guaidó en Estados Unidos.

La policía se acercó con linternas a la puerta y abrió las cadenas y el candado que la aseguraban, habló con los activistas que estaban dentro y con Mara Verheyden-Hilliard, abogada de la Asociación para la Justicia Civil, que se acercó a negociar con los agentes.

Pero después de cinco minutos, los agentes volvieron a precintar la puerta y los militantes regresaron a la segunda planta y por la ventana hicieron gestos victoriosos y levantaron el puño.

Cuando la policía abrió la puerta fue para ofrecerles la posibilidad de salir voluntariamente, entonces se les notificó a los activistas que tienen que salir del edificio, explicó a la prensa Alfonso.

"Estas personas decidieron literalmente ser arrestadas", dijo el delegado que estimó que todavía hay cuatro activistas dentro, después de que tres personas abandonaran voluntariamente la sede.

El delegado de Guaidó explicó que la siguiente parte del proceso "recae netamente sobre el servicio secreto y las autoridades norteamericanas".

Una fuente venezolana, que pidió reserva, dijo que la policía estaba buscando las condiciones propicias para entrar. La semana pasada, un equipo de la compañía PEPCO cortó la electricidad del recinto.

Pasada la medianoche, la situación se mantenía en tensión con los cuatro activistas negándose a salir y la policía atenta afuera del edificio.

"Un camino muy peligroso"

La abogada de los activistas dijo que "ellos están defendiendo la ley internacional, defendiendo la convención de Viena" y que les preocupa "un efecto de cascada" con la decisión de entrar en la sede.

Este es un camino muy peligroso, advirtió Verheyden-Hilliard.

Desde hace semanas, la pugna que enfrenta Venezuela entre el gobierno de Nicolás Maduro, reconocido por la ONU y apoyado por Rusia y China, y Guaidó, respaldado por Estados Unidos y más de 50 países, también se trasladó a la sede diplomática en Washington.

Un grupo de activistas estadounidenses, que se agrupó en el Colectivo para la Protección de la Embajada (Embassy Protection Collective), vive desde hace semanas en la sede, con la anuencia del gobierno de Maduro.

Unos 100 venezolanos con banderas cantaron el himno de su país mientras esperaban tras un cordón policial el resultado de la operación. Por su parte los militantes que quedan en el edificio de cuatro plantas los miraban asomados por las ventanas.

Carmen Ruzza, una académica venezolana de 46 años acudió todos los días a la embajada con café y con donas mientras la comunidad rodeaba la sede diplomática para impedir que los activistas entraran comida al recinto para presionarlos a salir.

Esto un microcosmos de la lucha que tenemos en Venezuela, contó esta experta de la Américan University.

Para Ruzza el gobierno de Maduro "es un régimen criminal, es un régimen narcotraficante, que asesina, que reprime".

El propósito de los activistas, que denuncian la intención de dar un golpe de Estado contra Maduro, es impedir la entrada de los delegados de Guaidó y custodiar el recinto tras la salida de los últimos diplomáticos venezolanos el 24 de abril, después de que ambos países rompieran relaciones.

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