El diario plural del Zulia

Descubrió que su esposa lo engañaba con una mujer y lo matan a golpes

La víctima fue un agente penitenciario. La viuda culpó a su amante

La mañana en la que lo asesinaron a golpes, el penitenciario Gabriel Tichellio (32) revisó el celular de su esposa. Los mensajes que encontró le confirmaron su sospecha: su pareja tenía una relación paralela. La sorpresa fue enterarse con quién lo engañaba.

Pensó que era un hombre pero después vio la foto de perfil de Miriam y se enojó muchísimo, contó el viernes Lorena Encina (28), quien tras más de dos meses de silencio decidió hablar.

De lo que sucedió luego sólo está claro el final. El cuerpo de la víctima fue hallado dentro de su camioneta. La viuda y su amante, Miriam Jara (32), están presas, acusadas por el homicidio.

El crimen fue cometido el 26 de julio en una casa de la ciudad de Corrientes. Encina fue detenida a los tres días. Antes participó del velorio de Tichellio y buscó convencer a los familiares de la víctima que lo había visto por última vez cuando salía de su casa rumbo al trabajo. Pero las contradicciones de su relato la convirtieron en principal sospechosa. Cuando la arrestaron, tuvo su primera confesión. Se quebró y dijo que Jara había matado a su marido.

Gabriel Tichellio (32) fue asesinado a golpes con un mazo

Sentada ante el juez Juan Manuel Segovia, Encina reconstruyó su versión sobre lo sucedido el día del crimen. Contó que, tras descubrir los mensajes con su amante, Tichellio la despertó de manera violenta, le pegó dos cachetadas y la agarró de los pelos. Luego se fue al trabajo. Ella llamó a su amante y le contó lo que había pasado. Un rato después las dos estaban juntas en la casa del matrimonio. “Si tu marido te vuelve a levantar la mano, lo voy a matar”, fue la advertencia que hizo Jara. Encina asegura que no le prestó atención.

El crimen

Ya en su casa, el penitenciario le habría reprochado a su esposa haberlo engañado.

Me levantó la mano. Me insultó. Me agarró del cabello y me tiró cosas, contó la acusada.

Además explicó que, en medio de gritos y golpes, decidió llevar a sus hijos a jugar a la plaza del barrio. Y aseguró que cuando regresó encontró a su novia bajando por la escalera, con sangre en la cara. “Subí corriendo vi a mi marido tirado en la cama, con sangre por todos lados”, detalló.

Los peritos determinaron que Tichellio fue asesinado a golpes con un mazo. No mostraba signos de defensa, por lo que creen que estaba durmiendo. Su familia sospecha que las acusadas pusieron algo en su almuerzo para garantizarse que no despertara. Sin embargo, los exámenes toxicológicos realizados hasta el momento no detectaron ninguna sustancia de esas características.

Lorena Encina y su amante Mirima Jara, acusadas del homicidio

Siguiendo la confesión de Encina, lo que pasó luego parece estar más claro. La mujer admitió que participó del operativo para deshacerse del cuerpo y que para eso utilizó la camioneta Renault Kangoo de la víctima. Sin embargo, aseguró que durante todo ese tiempo estuvo amenazada por Jara, quien la golpeó, le apuntó con un arma y prometió matar a sus hijos si ella no colaboraba. “Hice esto porque te amo”, le habría explicado.

la familia de la víctima no le cierra esa versión. Creen que ambas lavaron el cuerpo, lo metieron en una bolsa, lo bajaron por la escalera y lo guardaron en la parte de atrás de la camioneta. Todo mientras los tres hijos del matrimonio jugaban en la plaza. Luego, cerca de las 20.30, le prepararon un mate cocido con leche a los chicos y se fueron.

El cadáver fue hallado cerca de la medianoche. Encina fue la encargada de reconocer a su marido en la morgue y organizó el velorio. “Le pidió a los chicos que escribieran cartas y las pusieran adentro del ataúd de su papá”, contaron fuentes del caso. Horas después quedó detenida como principal sospechosa. Cuando la arrestaron involucró a Jara, aunque después eligió el silencio.

La camioneta de la víctima en la que fue abanadonado el cuerpo
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