El diario plural del Zulia

Crece músculo venezolano en el ELN y disidencia de las Farc

Guerrilla colombiana se aprovecha de la crisis en Venezuela para absorber milicianos desesperados

Las constantes capturas de ciudadanos venezolanos participando en algún delito como extorsión, tráfico de estupefacientes, armas y municiones e, incluso, en combates con soldados, abre el compás de una realidad denunciada recientemente por Helder Giraldo, comandante de la Octava División del Ejército colombiano.

La confirmación de que cada vez más migrantes venezolanos son reclutados por grupos criminales de Colombia muestra cómo estas organizaciones se están aprovechando de quienes huyen de la crisis económica de Venezuela para fortalecer sus estructuras criminales, se lee en una nota del portal InSight Crime.

Giraldo reporta que las autoridades registraron hasta octubre un total de 27 casos de reclutamiento de venezolanos por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según reseñó el diario El Colombiano.

Se trata del “reclutamiento de ciudadanos del vecino país en las filas de los diferentes grupos armados organizados que delinquen en los departamentos limítrofes, como los son el frente Domingo Láin Sáenz del ELN, y el GAO (Grupos Armados Organizados Residuales) con las subestructuras del 1 y el 28 (antiguos frentes de Farc, organización desmovilizada en gran parte)”, precisó Giraldo.

El funcionario militar destacó que los guerrilleros del ELN y las exse aprovechan de “la pobreza” de los migrantes venezolanos. Algunos han sido capturados por la comisión de extorsión, tráfico de estupefacientes y tráfico de armas y municiones; otros han muerto en combates con soldados, añadió.

La ONG venezolana Fundaredes ha venido reportando durante todo 2018 la penetración del ELN en territorio venezolano y la captación de niños incluso desde las escuelas.

En algunos casos el reclutamiento se hace bajo amenaza o presión por parte de los grupos irregulares, pero el éxodo forzado de venezolanos ha permitido una suerte de pesca cuyo principal anzuelo es jugar con el hambre y la desesperación de los venezolanos.

Habitantes de los pueblos fronterizos del estado Táchira aseguran que los jóvenes reclutados provienen de regiones remotas de Venezuela, sin ni siquiera dinero para comer. Los grupos guerrilleros y las bandas criminales que operan en la zona les ofrecen oportunidades de ingresos que nunca tendrían en su país.

Fuentes de InSight Crime en la zona fronteriza informaron que los jóvenes reciben US$300 dólares al cambio paralelo; esto es equivalente a  más de 27 salarios mínimos en Venezuela.

En este contexto muchos venezolanos deben elegir entre el hambre o sumarse a las filas de ejércitos de delincuentes al servicio de los grupos criminales contribuyendo de esta manera al fortalecimiento y la reorganización de estas estructuras criminales. Además de facilitar también su actividad en territorio venezolano.

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