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Brasil pide a los BRICS atender al "grito que pide libertad" en Venezuela

El comunicado final de la reunión -preparatoria de la cumbre que los BRICS celebrarán en noviembre en Brasilia- insiste precisamente en la necesidad de respetar la "cooperación" y el "multilateralismo" en las relaciones entre "estados soberanos"

Brasil urgió el viernes en una reunión del grupo BRICS a responder al "grito que pide libertad" de los venezolanos, en tanto que Rusia, principal aliado del gobierno de Nicolás Maduro, insistió en la necesidad de que los venezolanos encuentren su propia solución a la crisis, sin presionar a ninguna de las partes.

"No podemos dejar de oír un grito que pide libertad que viene de Venezuela, del pueblo venezolano", declaró el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, en la apertura en Rio de Janeiro del cónclave de ese grupo de potencias emergentes formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS).

"Toda la comunidad internacional tiene que oír ese grito, entenderlo y actuar", agregó Araújo, cuyo país reconoce -al igual que Estados Unidos y otra cincuentena de naciones- al dirigente opositor Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela.

El canciller ruso, Sergei Lavrov, reiteró por su lado la oposición de Moscú a cualquier "interferencia" en asuntos diplomáticos y destacó que "los venezolanos deben encontrar sus propias soluciones, basados en la ley internacional".

China, otro importante apoyo de Maduro, también hizo hincapié, por la voz de su canciller Wang Yi, en el multilateralismo como punto común entre las naciones emergentes.

El comunicado final de la reunión -preparatoria de la cumbre que los BRICS celebrarán en noviembre en Brasilia- insiste precisamente en la necesidad de respetar la "cooperación" y el "multilateralismo" en las relaciones entre "estados soberanos".

Pero no contiene ninguna mención al país caribeño, sumido en una crisis económica, política y social que desde 2015 llevó a cuatro millones de personas a emigrar, según datos de la ONU.

"Fue muy importante haber tenido la oportunidad de esta discusión. [Rusia] tiene una percepción un poco diferente de la nuestra" respecto a la crisis venezolana, dijo Araújo en la conferencia de prensa final.

"La solución tiene que venir de los propios venezolanos", convino. Pero Brasil "considera que esa solución tiene que estar centrada en el gobierno que nosotros consideramos como el gobierno legítimo, el gobierno de Juan Guaidó", agregó.

Estados Unidos, principal apoyo de Guaidó, ha impuesto sanciones a Maduro y a decenas de sus funcionarios.

El Grupo de Lima, al cual pertenece Brasil, llamó esta semana a hacer un "gran esfuerzo" para que Venezuela celebre a la brevedad elecciones que lleven "al restablecimiento del orden democrático" y advirtió que de lo contrario habrá "más presión y sanciones".

Brasil y China, sin roces

Araújo negó cualquier fricción con China, el principal socio comercial de Brasil y un importante inversor en la potencia latinoamericana.

"Nunca hemos tenido problema alguno con China. Nuestro problema era respecto a la manera en que Brasil organizaba, o no organizaba, sus relaciones con China", dijo Araújo, quien la víspera se reunió por primera vez con su par chino Wang Yi.

Una relación próxima con China, un país gobernado por el Partido Comunista, fue impulsada durante la gestión del presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), actualmente encarcelado por corrupción.

Empresarios y diplomáticos brasileños temían que la llegada al poder del presidente Jair Bolsonaro -un admirador de Donald Trump que durante la campaña acusó a China de querer "comprar Brasil"- afectase las relaciones bilaterales. El exmilitar provocó además a los líderes chinos al visitar Taiwán, considerada por Pekín como una provincia rebelde.

Tras asumir la presidencia en enero, Bolsonaro buscó profundizar las relaciones con gobiernos de corte conservador como el de Trump, en Estados Unidos, y el de Benjamin Netanyahu, en Israel, distanciándose de los países en desarrollo.

Pero la fuerte desaceleración de la economía brasileña y la presión de los poderosos sectores del agronegocio y de la minería -cuyas exportaciones son absorbidas masivamente por el país asiático- moderaron a los sectores más ideológicos del "bolsonarismo".

"China siempre negoció muy bien (...). Nosotros solo pensamos que Brasil debe mejorar en las negociaciones", comentó Araújo.

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