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ASEAN avanza en su integración económica sin resolver las disputas con China

La Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ASEAN) reforzó hoy su apuesta por la integración económica del grupo tras una cumbre marcada por la disputa territorial de varios de sus socios con China y el enfrentamiento diplomático entre Estados Unidos y Filipinas.

La cumbre tuvo lugar en Vientián, la capital de Laos, país que este año ostentó la presidencia del grupo del que también forman parte Birmania (Myanmar), Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam.

La economía dominó la agenda oficial de las discusiones del grupo que busca consolidarse como un mercado y una base de producción única, con libre circulación de capital, servicios, bienes, inversión y personal cualificado.

Para ello, durante el encuentro de tres días el grupo aprobó varias resoluciones dirigidas a potenciar la inversión en infraestructuras, reducir el diferencial en desarrollo entre socios, o fomentar el turismo y el empleo.

También se adoptaron acuerdos para mejorar la cooperación en educación, la lucha contra el cambio climático y en la respuesta conjunta ante desastres naturales.

ASEAN, con 622 millones de habitantes, aspira a elevar el PIB conjunto hasta los 4,7 millones de dólares en 2020 y convertirse en la cuarta potencia económica del mundo en 15 años.

En 2015 la economía global de los diez países alcanzó los 2,43 billones de dólares, mientras que las previsiones de crecimiento son del 4,5 % este año y del 4,8 % en 2017.

En la cumbre este diálogo -y el mantenido en reuniones paralelas con China, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, India y Australia, entre otros países- quedó en un segundo plano ante las disputas territoriales en el Mar de China Meridional.

Cuatro miembros de ASEAN -Filipinas, Vietnam, Brunei y Malasia- se disputan varias islas con China en esta zona marítima, en un contencioso que en el pasado ha puesto al descubierto las diferencias internas entre los diez socios.

Para evitar exponerlas de nuevo, el grupo omitió las referencias al fallo del tribunal de arbitraje de la Haya, que en julio dio la razón a Filipinas sobre la soberanía del atolón de Scarborough y desestimó los derechos históricos que Pekín reivindica en la zona.

China rechazó como "nulo e ilegal" este fallo que días después rompió la cohesión de ASEAN cuando Camboya -estrecho aliado de Pekín, del que recibe ayuda millonarias- vetó que éste se mencionara en el comunicado final de una reunión ministerial del grupo.

En cambio, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el encuentro de hoy con ASEAN, señaló el carácter "vinculante" de ese arbitraje y subrayó que este "ayuda a clarificar los derechos marítimos en la región".

Obama admitió que la decisión de la Haya eleva la tensión en la región y abogó por solucionar de forma pacífica las disputas en esta zona marítima donde los últimos años han proliferado los incidentes y la militarización por parte de China de varios islotes.

Pekín le respondió pidiendo neutralidad a EEUU después de que ayer, el primer ministro, Li Keqiang, instara a ASEAN a "disipar interferencias" y resolver las disputas de forma bilateral.

China, además, celebró el compromiso alcanzado con ASEAN para culminar el código de conducta que negocian desde 2010 para dirimir los conflictos de forma pacífica y mejorar la comunicación para prevenir incidentes.

Pekín reclama casi la totalidad de ese estratégico espacio marítimo, por el que circulan cada año 5 billones de dólares en mercancías, y que contiene grandes caladeros de pesca y potenciales yacimientos de petróleo y gas.

El diálogo entre ASEAN y China coincidió con la difusión de una decena de fotos que mostraban la presencia de barcos chinos en Scarborough publicadas por Filipinas, aliado clave de EEUU y del giro hacia el Pacífico en su acción exterior que ha impulsado Obama.

Los dos países, que en 2014 reforzaron su colaboración militar, comparten una misma estrategia en el mar de China Meridional frente a Pekín, donde Washington busca contrarrestar el auge del gigante asiático y su creciente influencia.

Pero las relaciones entre EEUU y su aliado regional se vieron degradadas cuando antes de empezar el presidente filipino, Rodrigo Duterte, llamó "hijo de puta" a Obama y este suspendiera la reunión bilateral prevista.

El incidente monopolizó gran parte de la atención durante la cumbre ante la posibilidad de que ambos coincidieran de nuevo en algún momento.

Esto ocurrió brevemente anoche en una cena de gala en la que los dos mandatarios conversaron durante unos dos minutos para "limar asperezas", según indicó Manila, mientras que Washington lo calificó como un intercambio de cumplidos de cortesía.

Al termino de la cumbre en Laos, Duterte, que se ausentó toda la mañana por, según oficiales filipinas, una migraña, recibió el traspaso de la presidencia rotatoria del grupo, que Filipinas ejercerá en 2017 en el 50 aniversario de la organización.

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