El diario plural del Zulia

Seguidores de Juan Gabriel recuerdan cómo su música unió a generaciones

Si en vida Juan Gabriel ya era todo un mito, la muerte no hace más que agrandar la leyenda del artista que con su música consiguió unir a generaciones de mexicanos, recordaron hoy los seguidores de diversas edades que se acudieron a su homenaje en el Palacio de Bellas Artes.

Jóvenes y mayores empezaron a llegar desde primera hora de la madrugada de este lunes a los alrededores del edificio para recibir las cenizas del Divo de Juárez, fallecido de un infarto al corazón a los 66 años el pasado 28 de agosto en su casa de Santa Mónica, en California (EE.UU).

Carlos Flores, de 15 años, reconoció a Efe en el lugar que, en "su corta vida", Alberto Aguilera -nombre real de Juan Gabriel- ha significado "demasiadas cosas".

"Amor eterno", por ejemplo, le recuerda a la muerte de su padre cuando él tenía diez años.

"Cuando la escucho, lloro y lloro hasta que se me secan las lágrimas", afirma este joven llegado de Ciudad Juárez, localidad del norte del país y fronteriza con El Paso (EE.UU.), en la que el cantante se crió.

Flores, que luce lentejuelas negras sobre su ropa en honor al "Divo de Juárez", lamenta no haber tenido tiempo para conocer al cantante y compositor en persona pues hubiese querido confesarle que por él se dedicó a la música.

Juan Gabriel enseñó a los pueblos que "todos estamos aquí por alguna razón, y qué mejor que pasarla bien", señala.

"Hasta el hombre más hombre se paraba y se ponía a bailar las canciones de Alberto", agrega este joven, deseoso de seguir sus pasos para "unir a la gente" con la música.

"Desayuno, como y ceno Juan Gabriel, esa es la verdad", asegura a Efe César David, quien comenzó a amar la música del artista gracias a su madre y es imitador profesional del artista desde hace siete años.

Conocido como "El Divo de Iztapalapa" (un populoso barrio capitalino), el imitador acude a Bellas Artes ataviado con prendas semejantes a las que el artista vistió en su último concierto en EE.UU.: una camisa azul y pantalones negros que acompaña con un abanico a juego y un pañuelo de flores atado al cuello.

"Esta roja rosa", una de sus canciones, "me la pasó mi mamá y yo espero pasársela a mis hijos y a mis nietos", revela César David, de 29 años.

"Qué novios no se han dedicado cuando se enamoran canciones de Juan Gabriel, o cuando se separan; qué madre no ha llorado con 'Amor eterno'", una canción que también "se ha utilizado cuando se despide a un ser querido", argumenta por su parte José Antonio Serafín, un estudiante del aledaño Estado de México.

Serafín lleva un traje de charro que recuerda cómo el artista también es un emblema de la canción ranchera.

De hecho, la imagen de Juan Gabriel con el sombrero de charro se repite entre la marea de objetos que los seguidores portan mientras esperan en la fila, entre los cuales se divisan carátulas de discos, fotografías de gran tamaño, rosas, banderas y pañuelos.

Más veterano pero con el mismo espíritu infatigable que le ha hecho madrugar para ocupar los primeros puestos de la fila, Jesús Badillo enseña orgulloso una pancarta en la que ha escrito una canción de su propia creación.

La compuso para Juan Gabriel, "para entregársela en uno de sus conciertos", y aunque ya no se la pueda dar en persona, quiere tributársela en su homenaje.

"De todas maneras en su honor la traigo", dice a Efe este veterano de edad próxima a la del "Divo de Juárez".

Como dice la letra de esa canción que ha creado, hay "Juan Gabriel para toda la vida".

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