El diario plural del Zulia

Realiza ésta sorprendente sopa fría lista en 15 minutos [+Receta]

No se qué me ocurre con las sopas frías, pero siempre ando buscando nuevas recetas y variantes de las tradicionales con las que ampliar mi repertorio. En la mayoría de los casos, no requieren cocción y se pueden preparar con antelación. Estos dos requisitos los cumple la receta de ajoblanco de remolacha, a los que hay que añadir lo refrescante que es y lo mucho que ayuda a combatir el calor.

Todo esto se agradece cuando las altas temperaturas nos azotan y buscamos el descanso de las vacaciones. La receta de ajoblanco de remolacha es fácil, rápida y muy sabrosa. Así lo reseño el portal de recetas Directo al Paladar.

Ingredientes para cuatro raciones

  • 200 g de almendra pelada, 200 g de remolacha cocida, 1 diente de ajo, 3 cucharadas de vinagre de vino tinto, 1 cucharadita de azúcar, 425-450 ml de agua, 5-6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, queso feta (opcional) y menta fresca (opcional).

Cómo hacer ajoblanco de remolacha

En un robot de cocina o batidora eléctrica potente colocamos las almendras y las trituramos finamente. Si lo vemos necesario, agregamos un poco de agua para que las cuchillas de nuestro robot no sufran y la almendra quede lo más fina posible.

Pelamos el diente de ajo y retiramos el germen de su interior. Con esto conseguimos suavizar su sabor y que no repita, aunque esto va en gustos. Lo agregamos al vaso del robot junto con la remolacha cocida, el vinagre de vino tinto y el azúcar. Trituramos de nuevo hasta obtener una pasta homogénea.

A continuación agregamos el agua, primero la mitad y trituramos. Después el resto, poco a poco, y triturando en el proceso hasta que nuestra sopa fría tenga el espesor deseado. Puede que no la usemos toda o puede que usemos más de la cantidad especificada. Esto va en gustos.

Por último, sazonamos y agregamos el aceite de oliva virgen extra. Trituramos a máxima potencia durante cinco minutos. Aunque esto pueda sonar mucho tiempo, el propósito es emulsionar la sopa con el aceite y conseguir una textura cremosa y homogénea que distinga nuestra sopa fría de cualquier otra. Así que no lo reduzcáis.

Con tanto batido nuestro ajoblanco de remolacha habrá tomado temperatura, de modo que lo guardamos en la nevera para que se enfríe. Lo servimos bien frío, con unas gotas de aceite de oliva virgen extra, unos dados de queso feta y unas hojas de menta como decoración. Todo ello opcional, aunque altamente recomendado.

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Tiempo de elaboración | 15 minutos + tiempo de enfriado
Dificultad | Muy fácil

Degustación

Una sopa fría es siempre agradecida en verano y este ajoblanco de remolacha no es menos. Es un buen entrante para una comida estival que podemos tener listo para servir según regresemos a casa de la playa o la piscina. Es muy suave en boca y de sabor ligeramente dulce por lo que le va muy bien una guarnición de queso feta, queso azul o cualquier otro con un punto salado elevado.

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