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Mauricio Ruiz explora la migración y la búsqueda de destino

La inmigración, el amor y la búsqueda del destino son algunos de los temas que explora el escritor Mauricio Ruiz (ciudad de México, 1976) en su segundo libro que, bajo el título "Silencios al sur", recopila doce relatos intimistas que transcurren en distintas ciudades europeas y de México.

Presentada hace unos días en Bruselas, la nueva obra de Ruiz, que sigue a su primer libro de cuentos "Y sin querer te olvido", publicado en 2015, ahonda en los orígenes del autor a través de cuatro historias mexicanas, e incluye además tramas en torno a la obsesión por alcanzar las ambiciones personales y la inmigración.

El título del libro, explica el escritor a Efe, tiene dos connotaciones, la primera relacionada con el fenómeno migratorio.

"En algunos lugares, como México, Guatemala, Honduras o El Salvador, hay pueblos donde toda la gente se ha ido y se quedan prácticamente vacíos". El título de la obra alude a "la imagen de silencio" que al observar ciertos lugares del sur perciben desde el norte quienes han salido, dice el autor.

En ese contexto se sitúan, por ejemplo, el cuento titulado "Travesías", sobre la migración de África a Europa, y "La danza del toro", un relato que analiza el mismo fenómeno, pero desde México a Estados Unidos.

El título también juega con una expresión mexicana que se utiliza cuando una persona está desorientada y busca su dirección: "Se dice que está 'norteada', o está buscando su norte", y con ello se refiere a los personajes de algunos de sus relatos, "que se encuentran en proceso de encontrar su destino".

La actualidad internacional se cuela asimismo en el libro, que incluye un relato relacionado con los atentados de noviembre de 2015 en París y otro sobre el avión lleno de turistas holandeses que fue derribado en Ucrania en 2014 por un misil mientras viajaba entre Amsterdam y Kuala Lumpur.

Y todo ello con el trasfondo de la música, presente en muchos de los cuentos por ser otra de las pasiones de Ruiz, que estudió cuatro años en el conservatorio nacional de México.

"Aunque muchas de las historias se desarrollan en lugares distantes, los temas, la mirada, el ángulo es parte de mí", explica el autor en relación con los aspectos de su vida que deja en cada relato, y añade que muchas veces eso le ayuda a afrontar sus miedos.

Ruiz, que llegó a Bélgica en 2002 pero ha residido también en Noruega y México en la última década, pasó en unos años de trabajar como ingeniero en grandes empresas de telecomunicaciones a dedicarse íntegramente a su pasión literaria.

"Busco historias cuando estoy en la calle, viajando, viendo la televisión o leyendo el periódico. Tomo nota de algo que me llama la atención (...), siempre estoy recolectando ideas, y cuando hay una que me regresa constantemente, que quiere que la atienda, la empiezo a desarrollar", explica.

El escritor, que hasta la fecha se ha concentrado en los relatos cortos, trabaja por primera vez en una novela, un proyecto que "avanza muy despacio".

Será, explica, una historia de "ficción, pero inspirada un poco en la hija de un expresidente de México", y el motor principal de la historia tendrá que ver con la llamada "disonancia cognitiva", un concepto psicológico relativo a la tensión interna entre varias ideas o creencias que se sostienen a la vez.

Por ejemplo, señala Ruiz, "en tu cabeza no puedes tener al mismo tiempo la idea de que tu padre es un hombre generoso y que ha hecho cosas terribles", hay mecanismos para tratar de bloquear lo que entra en contradicción con ciertos pensamientos.

Además, al discurrir en México, la novela será "una forma de entrar de lleno a mi cultura", añade.

Con sus historias, Ruiz se dirige "al lector que tenga curiosidad por descubrir otros lugares y que no tenga miedo de cuestionar algunas creencias".

Los dos libros que ha escrito hasta la fecha están dedicados a su familia.

"Me siento muy afortunado por tener a estos padres que me han apoyado en todo, me siguen apoyando todo lo que pueden. Definitivamente, ellos son uno de los pilares más importantes por el cual yo ahora puedo escribir, añade.

"Al principio, cuando les explique que quería dejar mi vida como ingeniero y trabajar como escritor, sí se preocuparon un poco, pero cuando vieron que ya iba más en serio y lo que escribía, lo abrazaron y lo aceptaron", concluye Ruiz.

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