La sociedad del morbo arropa a Erika, Yorgelis y Kent
El video sexual de Erika Schwarzgruber, Yorgelis Delgado y Kent tiene como fin lo onanista, es decir, la masturbación.
Venezuela ota en el morbo. En el morbo del otro. La sexualidad deja de ser parte de la vida privada para ser de la sociedad del espectáculo. La sexualidad nada tiene que ver con lo público, pues como lo entendió Freud: es una tela de araña que cada quien debe desentrañar.
Así inicia el sociólogo Miguel Ángel Campos el análisis: es la noticia más anodina que puede haber.
El domingo en la noche se filtró un video. Lo colgaron desde la cuenta en Instagram @laenchufada. Las imágenes muestran a las dos mujeres siendo penetradas por Kent. Las palabras que retumban en Venezuela desde entonces las dijo Schwarzgruber durante el acto sexual entre los tres:
—Dale como me das a mí.
Hace nueve años Schwarzgruber tenía una relación con el cantante. Hace nueve años grabaron el video que hoy pone en juego la reputación de los artistas y la venidera boda de Erika, en mayo.
El asunto va más allá del video. El asunto es que la sexualidad está relacionada con lo público cuando hay una epidemia sanitaria, salva Campos.
Un video de esta naturaleza no debería ser objeto de noticia: es un asunto entre dos —o tres—. Todo se reduce, según el profesor, a una expectación para la noticia pública. “De tal manera que si se promociona, se incentiva una especie de distracción que no tiene mayores aristas que lo onanista”.
Darle protagonismo a esto en la era de la cultura de masas le parece una tontería.
De dónde viene el video
Cualquier persona que tenga conocimiento del correo electrónico de otro puede obtener información confidencial. Para llegar a la clave solo se amerita un decodificador de código. Si Erika, Yorgelis o Kent tenían archivado el video en la nube de Internet —Dropbox, por ejemplo— con el usuario era suficiente para entrar y robarlo.
Hace un par de semanas le hackearon la cuenta de Instagram a Schwarzgruber. Abrió una temporal que hasta ayer en la mañana fue pública. En @laenchufada subieron el material con la leyenda Agarra, Érika. La foto de perfil es una captura del video donde aparece sonriente la actriz. Sus publicaciones sumaban 15 —la mayoría memes— y sus seguidores, 2.977. Todo eso en un día. Así de expectante es la sociedad del morbo.
Las diferencias entre un programa de manipulación de sistema de computadora y un programa de sistema hacker son vitales para comprender cómo se entra a una computadora a kilómetros de distancia. Las claves son fácilmente rastreables con estos programas. De dónde viene el video es una incógnita. Todo parece indicar que se trata de una mala jugada para frenar los planes de boda de Schwarzgruber y su novio actual.
Sociedad en decadencia
Los contenidos sexuales despiertan el morbo del común. Se irrespeta la privacidad cuando se multiplican contenidos íntimos. De eso está segura Arlín Arrieta, psicóloga clínica con posgrado en Sexología.
Más allá del video de las extigritas y del reguetonero, ¿qué somos como sociedad?, se pregunta la experta.
En el país hay una sobreestimulación de lo erótico, se llega al extremo de que un preadolescente de 12 años se toma fotografías de sus partes íntimas y las hace virales en redes sociales o en plataformas como Whatsapp. Sexting. Se despierta temprano a la sexualidad. Se genera el desenfreno. Y el entorno refuerza las conductas.
No hay supervisión del adulto, eso es un problema adicional, refiere Arrieta.
Ese preadolescente crecerá sobreexpuesto. Será un adulto manipulador o manipulado. No tendrá claro los referentes socioculturales relacionados con la educación en valores. Escuchará reggaeton y creerá que tener relaciones sexuales es un acto tan común como tomar agua. El bombardeo sexual le explotará la mente. Entonces, el resultado serán orgías, tríos e intercambio de parejas.
La vida sexual tiene que ver con expectaciones del ser, del libre albedrío, rescata Miguel Ángel Campos. Darle protagonismo a la intimidad de un artista o de una figura pública muestra que la sociedad está más interesada en el espectáculo.
